La actual administración orientó sus esfuerzos para fortalecer la participación de Pemex en el sector petrolero. Para lograr el objetivo le redujo los impuestos y absorbió parte de su deuda, pero eso no fue suficiente, la situación financiera de Pemex continúa siendo muy precaria, continúa perdiendo dinero, lo cual contrasta con la situación de otras empresas petroleras del mundo, públicas o privadas, a las cuales les ha ido muy bien debido al incremento de precios del petróleo.
Pero los problemas de Pemex no nada más son de índole financiera, sino también la parte operativa tiene serios problemas que no se han atendido. A pesar de los apoyos financieros, la producción de crudo disminuyó en lugar de incrementarse como se había previsto. En los 5 años de la actual administración se redujo 12.4% y en 2023 se ubicó en 1.58 millones de barriles diarios, el nivel más bajo de los últimos 40 años; situación similar sucedió con las exportaciones de crudo, disminuyeron 12.7% y en 2023 fueron de 1.0 millones de barriles diarios. Lo que sí aumentó fue la participación de la producción de gasolina de Pemex en la oferta total, de representar el 25% del total de la oferta en 2018 llegó a 40% en 2023. Los esfuerzos se orientaron a la refinación del petróleo, que es la actividad donde Pemex pierde dinero y se relajaron en la parte de explotación de crudo, que es la actividad rentable de Pemex, la que gana dinero.
Para realmente resolver la situación de Pemex lo que se requiere es llevar a cabo una revisión profunda de sus procesos productivos para mejorarlos y adecuarlos a las condiciones actuales de la tecnología y los mercados. Se necesita evaluar si las refinerías pierden dinero porque las plantas son obsoletas, en cuyo caso se requiere analizar la actualización tecnológica y su viabilidad, o no son rentables porque sus procesos son ineficientes, en cuyo caso lo que se necesita hacer es replicar los de su refinería Deer Park, la cual si es rentable porque opera bajo los parámetros de Shell quien era su socio y encargado de la operación de la planta. No se sabe con claridad cuando la refinería de Dos Bocas vaya a iniciar la producción a nivel industrial, pero es muy importante que desde un inicio instrumente el modelo operativo de Deer Park para que no se convierta en una carga más para las finanzas de la empresa, gane dinero y contribuya a su saneamiento financiero.
Es de vital importancia que el próximo gobierno revise el modelo de negocios de Pemex, que abandone la idea de la autosuficiencia en la producción de gasolina, porque además de la incapacidad para llegar a lograrlo implica dedicarle más recursos al área donde Pemex pierde dinero, lo que la condena a que dependa de manera creciente de apoyos fiscales, que el gobierno federal tenga que canalizarle mayores recursos y por lo tanto existan menos disponibles para proveer servicios de salud, de educación y seguridad, elementos a los que les debería de dar prioridad el Estado, en lugar de buscar la autarquía en materia de gasolina.
Pemex se necesita adecuar a las condiciones del mercado de energéticos del presente siglo, con una visión de futuro y encaminado a mejorar de manera continua su tecnología y sus procesos productivos. Debe convertirse en una empresa con niveles operativos similares a los que tienen las principales petroleras del mundo, buscando maximizar su valor agregado, porque esa es la manera de aportar y enriquecer al país. De no hacerlo está encaminada al fracaso, a depender de manera creciente de los recursos fiscales, en detrimento de la población, porque habrá menos recursos para proveer salud, educación y seguridad.