La Economía Mexicana se encuentra en un proceso de desaceleración que se ha manifestado durante varios trimestres. Desde el cuarto trimestre de 2022 la tasa de crecimiento anual del PIB trimestral ha ido a la baja, es decir, van 7 trimestres en que la tasa de crecimiento de la producción respecto al trimestre anterior disminuye. En el segundo trimestre de 2024 el crecimiento anual del PIB fue de 1.1%, por debajo del 1.9% que se registró en el primer trimestre del año.
Como consecuencia de ello la producción durante la primera mitad de este año aumentó 1.9%, mientras que en el primer semestre de 2023 creció 3.6% y en la segunda mitad del año pasado lo hizo en 2.8%. Esta baja en el crecimiento del PIB en el primer semestre se dio a pesar del periodo electoral y en un contexto de aumento importante en el gasto de gobierno. El déficit[1] del sector público va a aumentar de 4.3% del PIB en 2023 a 5.9% en 2024 y SHCP reportó que en la primera parte del año cumplió con lo que tenía programado gastar, eso significa que el gasto aumentó 12.1%, que es 3 veces más que lo que se incrementó durante el primer semestre de 2023.
Si el crecimiento del PIB va a la baja a pesar de que el gasto del gobierno fue al alza, significa que los demás componentes de la demanda agregada deben estar disminuyendo su dinamismo. Durante el primer cuatrimestre de este año el gasto de consumo privado creció 0.7% lo cual es sustancialmente inferior al 2.7% que registró en el mismo periodo de 2023, la adquisición de maquinaria creció 7.0%, menos de la mitad de lo que lo hizo el año pasado. Lo único que incrementó su dinamismo en el cuatrimestre fue la construcción, pues su crecimiento pasó de 6.7% en 2023 a 15.0% en 2024. También se registró un menor dinamismo en el sector externo, las exportaciones en el primer semestre de 2024 crecieron 2.3% que es una tasa inferior al 3.8% que se registró en la primera mitad de 2023.
Con excepción del gasto del gobierno, la tendencia del dinamismo de los demás componentes de la demanda agregada va a continuar en lo que resta del año, no se vislumbra ningún factor que pudiera revertirla. Por tal motivo, el crecimiento del PIB para 2024 se va a ubicar alrededor del 1.7%, la mitad de lo que aumentó en 2023 (3.5%) y las perspectivas para el año entrante no son muy halagadoras.
A pesar de que Estados Unidos continúa creciendo también se ha registrado una disminución en su dinamismo y aunque muy probablemente se registrará una reducción en las tasas de interés antes de que termine este año, que pudieran revertir la tendencia, toma cierto tiempo en que ello suceda. Por lo tanto, por el lado de las exportaciones es difícil esperar una recuperación de dinamismo sustancial en 2025. Por otra parte, el gobierno se ha puesto como meta reducir su déficit de 5.9% en este año a 3.5% el entrante, por lo que tendrá que reducir el monto de sus gastos. La experiencia muestra que siempre en el primer año de una nueva administración la inversión privada, al igual que la pública, tienden a disminuir. En el primer caso porque se está en espera en ver la política económica que se instrumentará y en el segundo porque hay un proceso de aprendizaje por parte de los nuevos funcionarios y el tiempo que requiere definir los detalles, operativos y presupuestales, de los proyectos a realizar. Por lo tanto, en el mejor escenario el crecimiento de la economía mexicana en 2025 se ubicará en 1.0%
[1] Se refiere a los Recursos Financieros del Sector Público (RFSP)