La historia dice que en marzo de 1971, un humilde pescador encontró en la costa de Campeche una extensa mancha de un material aceitoso que flotaba sobre el agua, en sus años dedicados a la mar, nunca había visto algo igual. La decisión que el pescador tomó cambió la historia de México, decidió acercarse a trabajadores de Petróleos Mexicanos los que se intrigaron por la historia narrada y se dieron a la tarea de investigar. Ocho años después se inauguraba el primer pozo de producción llamado Chac, (Dios maya de la lluvia) y a groso modo, México se acababa de convertir en el país con mayores reservas probadas de petróleo en el planeta. El nombre de aquel pescador era Rudensindo Cantarell, y con su apellido fue bautizado el campo petrolero en mar adentro que durante décadas produjo las dos terceras partes de todo el petróleo que se extrajo en el país. Desde que se descubrió la gallina de los huevos de oro, se hicieron muchas cosas bien y otras muy mal. Lo cierto es que el petróleo ya no regresa, es un recurso no renovable y la única forma para que volvamos a tener una fuente de riqueza de ese tamaño es que otro meteorito caiga en la península de Yucatán y dejemos reposar esa hecatombe unas cuantas decenas de millones de años.
¿Qué significa que le bajen la calificación a Pemex?
La realidad que actualmente vive Pemex es muy compleja. Ya nos lo han expresado de una forma sencilla. Una empresa llamada calificadora, que se dedica exclusivamente a analizar financieramente a compañías y gobiernos de todo el mundo ha decidido bajarle la calificación a Pemex, es algo así como que la estrellita que un alumno tenía le ha sido retirada, es más, va un poco más allá, ese niño podría pasar apenas de grado.
Las tres empresas calificadoras más grandes del mundo son Fitch, Moodys y Standar & Poor´s. De estas tres, la primera, Fitch Ratings, después de un minucioso análisis decidió bajar la calificación a Petróleos Méxicanos, lo hizo dos escalones y la calificación se redondea con un comentario que las calificadoras asignan para que los simples mortales entendamos mejor: “Perspectiva negativa”, es decir, las cosas no están bien para la empresa mexicana y además se podrían poner peor.
Una empresa pública o privada se puede financiar emitiendo deuda, es decir, contrae el compromiso de pagar un rendimiento pactado desde un inicio a una fecha futura contra el préstamo de cierta cantidad de dinero, este proceso se llama emisión de deuda y Pemex ha emitido a lo largo de su historia mucha deuda, la cual está al borde de ser considerada “papeles basura”, esta calificación le indica a los inversionistas que Pemex tiene una alarma encendida sobre su cabeza, quien quiera invertir su dinero comprando deuda de Petróleos Mexicanos deberá asumir un riesgo que será recompenzado por un rendimiento mayor.
Existe una escala internacional asignada por Fitch, la calificación que Pemex tenía era BBB+ y ha sido degradada a BBB-, esa es una escala que sirve para evaluar a activos de inversión en una divisa diferente a la moneda local de la empresa emisora; en el caso de la calificación en moneda local, es decir, pesos, la calificación bajó de AAA a AA. Al ser una empresa paraestatal, existe una relación con el gobierno, pero la calificadora también separa esta parte y asigna una calificación individual, es decir, desvinculando al gobierno mexicano (que actualmente tiene una buena calificación) y Pemex pasó de ser B- a CCC, este último grado es considerado por los analistas como “papel basura”.
Es importante definir que estas calificaciones son la apreciación de una sola empresa calificadora, poco después del anuncio de Fitch, otra calificadora: Moodys, se pronunció por mantener la calificación de Pemex. Hoy, con este panorama Pemex sigue manteniendo su “grado de inversión” que es algo parecido a una "palmadita" en el hombro que la calificadora les da a los emisores, cuando a una empresa o gobierno le quitan esa “palmadita”, muchos inversionistas institucionales, fondos de inversión o gestores de grandes portafolios simplemente ya no pueden invertir porque sus estatutos o reglas internas lo impiden.
Así como cuando estábamos por reprobar una materia y nuestra mamá llegaba a pedir explicaciones sobre qué habíamos hecho o dejado de hacer, la calificadora sustenta su actuar para explicarle a la enfurecida mamá (o sea, el gobierno mexicano) y en el caso de Fitch la razón para bajarle la calificación a Pemex fue simple: No hay inversión en Pemex y cada vez produce menos, en palabras textuales (importantísimas): “Apenas trabajarán para detener la caída de la producción”. De acuerdo a datos de Fitch, Pemex tendrá que inyectar entre 9 y 14 mil millones de dólares para poder detener y estabilizar la caída de producción de petróleo, lo cual no se antoja fácil, porque prácticamente todo lo que Pemex recibe por la venta de petróleo, no lo reinvierte y se lo entrega al gobierno.
Recientemente vi un programa de televisión donde los invitados inflaban un globo que adentro tenía harina, cada invitado respondía una pregunta, mientras el invitado no respondiera correctamente más se llenaba el globo de aire, lo que aumentaba el riesgo de que le explotara en la cabeza a alguien, sí respondía correctamente, el globo se lo pasaba a otro concursante. Este globo llamado Pemex se ha venido inflando durante muchísimos años y puede explotarle en la cabeza a quién tal vez sea el menos culpable de la actual situación, pero así son las cosas, a la actual administración federal no le queda más que trabajar y darle la vuelta a este asunto, que es muy delicado. Por último, la Bolsa Mexicana de Valores tiene en su fachada únicamente dos colores: El negro y el gris, el color gris es por la plata, fuente de enormes riquezas durante la época colonial y la época actual, y el negro por el petróleo, que ayudó a edificar el México moderno.
Repartir culpas no ayudará a que cambie la situación de Petróleos Mexicanos, el gobierno lo debe de tener claro. A trabajar se ha dicho.