Las implicaciones de la disminución en el uso de dinero en efectivo en el mundo están cobrando relevancia. Países como Suecia están revolucionando la manera de intercambiar bienes y servicios al disminuir e incluso prohibir el uso del dinero en efectivo, en el país nórdico el grueso de los pagos se realizan con plásticos o con aplicaciones móviles, incluso en bancos suecos ya no es permitido el uso de dinero en efectivo. Esta revolución económica podría ser la más drástica desde que el mundo abandonó el trueque o desde que Jhon Law introdujo en Europa el papel moneda en el Siglo XVIII.
En México la inercia de estos cambios podrían verse en el próximo sexenio. Alfonso Romo, Jefe de la Oficina de la Presidencia de Andrés Manuel López Obrador, mencionó recientemente: hay que quitar el efectivo de la economía para poder combatir la corrupción, para traer millones de personas a la economía formal, ...este proyecto sí puede cambiar radicalmente, no nada más al perfil del sector financiero, sino también vamos a erradicar mucho lo que tanto nos lastima, que es la corrupción”.
A esto hay que sumar que el uso de dinero en efectivo contribuye a la evasión fiscal, un mal lacerante de las finanzas públicas en México. El reto es dimensiones titánicas, en el país existen 1 billón 394 mil millones de pesos en billetes y monedas, cuando hace una década apenas alcanzaban los 395 mil millones de pesos, es decir, se ha incrementado el uso de dinero en efectivo en un 252%.
Este incremento tiene su raíz en una demanda natural, si la gente necesita utilizar dinero el Banco de México lo imprime; en el país existen sectores de la economía que siguen sin estar bancarizados lo que produce círculos viciosos en la economía. No es nuevo, la delincuencia organizada, le economía informal, la evasión de impuestos, todo estos lastres, tienen como pilar el uso de dinero en efectivo.
Existen algunos sectores, cada vez menos, que utilizan el efectivo por necesidades de su negocio: Transporte público, productores agropecuarios, pequeños negocios como “tienditas”, pero cada vez la población más joven desplaza el uso de los billetes y monedas por medios de pago más seguros y eficientes, principalmente tarjetas bancarias.
La nueva administración que entrará en funciones en diciembre próximo, al parecer, entiende los beneficios de instalarse en una realidad en donde las nuevas aplicaciones y la dinámica de una población con necesidades y usos que están evolucionando.