Seguramente has visto muchos goles en tu vida, ¿recuerdas ese gol con que la selección se clasificó al mundial?, ¿O ese con el que tu equipo se llevó un clásico cuando todo indicaba que eras víctima y no victimario?, son muchos goles los que has gritado, habrá algunos que recuerdes más que otros, pero si alguna vez tuviste la fortuna de jugar y anidar el balón entre los tres postes… bueno, esa sensación es inigualable y sabes a lo que me refiero.
Si tus finanzas fueran un partido de futbol. ¿Cómo sería el encuentro?, ¿Serías ofensivo o tu parado sobre la cancha sería defensivo?, ¿Serías un dichado de técnica o la garra sería tu mejor carta?
Invertir como si fuera un partido de futbol.
Arranca el partido. En el barrio le decíamos el saque y hay nerviosismo, estás terminando tu carrera universitaria, el partido que afrontas no es fácil: Durará toda tu vida. Fue difícil que te eligieran entre muchos candidatos para integrar este equipo que es tu recién estrenado trabajo. La competencia es ardua porque los suplentes empujan y le tienes que llenar el ojo al entrenador que es tu jefe, ahora es el momento en el que todo lo que aprendiste a lo largo de tu vida lo tendrás que llevar al campo. Tienes carencias técnicas pero mucho “fuelle” y si el partido se fuera al alargue con todo y penales deberás contar energía de sobra y para eso es indispensable que desde el silbatazo inicial hagas ahorro de largo plazo.
Jugar fácil. Grandes equipos construyeron su historia de éxito por su eficiencia y es cierto que lo más difícil es jugar fácil, no es necesario hacer grandes cosas con tu dinero pero es indispensable que no hagas tonterías con él. Toma buenas decisiones: invierte diversificando tu patrimonio, compara las mejores opciones cuando solicites un crédito, no compres a precios irreales cosas que tienen un valor muy por arriba de lo que estás pagando: eso terminará siendo un fraude. Da pases acertados, toca el balón corto y al pie, no te adornes, es decir, ponte metas factibles de corto plazo, dales seguimiento y ejecútalas. Una mala decisión provocará que en lugar de que avances tengas que retroceder con el balón.
Juego en equipo. Tu equipo se llama familia y todos juegan para todos, el beneficio colectivo siempre estará por arriba del beneficio individual. Los jugadores con más experiencia tienen que mostrar a los nóveles cómo hacer las cosas. Los buenos hábitos financieros empiezan por las cabezas del hogar: El ahorro arranca en casa y mientras más temprano se enseñe es mejor, la educación financiera debe ser lúdica como jugar futbol. En los equipos cada jugador cumple con una función, no me parece haber visto a un extremo izquierdo cubrir la central con soltura, ni al portero de mi equipo meter un gol de cabeza en el último minuto de la final… bueno, eso sí lo vi, pero el tema es que todos contribuyamos en nuestra posición a generar ingresos y ahorros para que el equipo funcione mejor.
Cuídate de hacer faltas. Si asumes un compromiso financiero tienes que cumplirlo. Un crédito hipotecario o personal son obligaciones que tienes que cumplir, si no lo haces puedes pasar de recibir una advertencia del árbitro hasta una amonestación o te pueden sacar del campo. Las reglas del juego las deberás conocer antes de empezar a jugar. Siempre revisa los contratos que vayas a firmar no importa si son de inversión o para solicitar un préstamo, si no te sientes cómodo o no te sientes con la capacidad de cumplir las reglas lo mejor es que no juegues.
El sector defensivo. Tú lo has vivido, el delantero de tu equipo tuvo una y la metió, pero si tu cancerbero no hubiera salido en su mejor tarde el resultado habría sido adverso. Es indispensable tener coberturas para tus finanzas. Tienes que atacar pero debes defender muy bien. En tus finanzas es lo mismo, de poco servirá que inviertas bien tu patrimonio porque una enfermedad, accidente o cualquier contingencia pueden acabar con tus ahorros en un abrir y cerrar de ojos. Debes de detectar tus riesgos y actuar para cubrirlos, pera eso está el seguro de auto, de vida, de gastos médicos, etc. El sector defensivo cumple un papel importante en el juego de tu vida porque para atacar con confianza deberás tener un sólido cuadro bajo. Estructura bien tus seguros y prepárate para lanzarte con todo al frente sin preocupaciones.
El Gol. Para este fin se juega, sin el gol todo serían lindas intenciones, pero de intenciones no se ganan partidos, el que mete más goles es el que gana. Tus goles son tus metas y tienes que definir muy claramente cuáles son estas. He escuchando a muchas personas que quieren invertir su dinero y no saben cuál es la finalidad de esa inversión. Los grandes tácticos del deporte más lindo del mundo tienen su estrategia muy bien definida, saben qué hacer en cada momento del partido y que herramientas usar para ese fin. Vuélvete el táctico de tu vida financiera, apégate a tus ingresos, cumple con tus metas definiendo plazos y presupuestos y cuando las cosas no vayan bien, date un respiro y la oportunidad de evaluar movimientos dentro del terreno de juego, es decir, siempre es bueno comparar a las instituciones que te ofrecen servicios financieros y si no cumplen con su función dentro de tu equipo: has cambios.
Una última cosa, si vives el juego de las finanzas de tu vida con la misma pasión con la que pateabas la pelotita como cuando eras niño ten por seguro que vas a golear.
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