“Una buena decisión está basada en conocimientos y no en números.”
- Platón
Para el Banco de México no hay fecha que no se cumpla, ni plazo que no se venza. El banco central le dio banderazo inicial al proceso de recortes de su tasa de interés y lo hizo por 25 puntos base, para llevarla a 11%. Este es el primer recorte desde marzo de 2021. La decisión como en una buena pelea de box, fue dividida: 4-1. Las minutas anteriores y las declaraciones de varios integrantes de la junta de gobierno (compuesta por 5 miembros) en semanas previas hacían dudar sobre sus intenciones de recortar la tasa. Al final parece que ganó la prudencia.
¿Por qué Banxico bajó la tasa?
El banco central tiene muy claro que se mantiene (lento pero seguro) el camino hacia los niveles de inflación pre-panemdia, a pesar de esto, también se curan en salud, Banxico reconoció que existen retos y riesgos que motivan una gestión prudente de la política monetaria. El costo del dinero es una herramienta muy poderosa para los bancos centrales, desde que el Banco de México se volvió independiente en la década de los noventa sólo tiene un mandato: Cuidar el poder adquisitivo de los mexicanos. En este camino sinuoso, la autoridad autoridad mexicana revisó al alza sus estimados de inflación para la mayoría del periodo estimado.
También, en las últimas dos quincenas se han observado algunos rebotes en la tasa general y subyacente de inflación. La coyuntura indicaba que era el momento idóneo para iniciar el proceso de recortes.
A todo lo anterior habría que sumar que la inflación aún se encuentra lejos del objetivo. El camino, parece ser aún largo. La economía mexicana a pesar de la reciente pérdida del dinamismo del ultimo trimestre de 2023, en lo general, mantiene su avance por arriba de su potencial y con una política fiscal que se alínea con el año electoral: El gasto público está a todo lo que da, mientras que en Estados Unidos la Reserva Federal se toma las cosas con calma, y no se percibe premura por iniciar sus recortes de tasa.
La decisión de Banxico tiene una estrategia justificada por la coyuntura de que el impacto en los mercados financieros locales podría ser limitado como resultado de que los inversionistas y operadores en gran medida ya lo tenían descontado. Para México la tasa de 11.25% era la más alta en casi 30 años, un pellizco de un cuarto de punto no haría a nadie sentirse incómodo.
¿Cuáles son los contras de esta decisión?
Por un lado, si el mercado considera que puede presionar a Banxico para sus siguientes decisiones, lo seguirá haciendo. Para el mercado su zona de confort está en transmitir que lo que va a pasar ya lo sabe. El mercado suele construir narrativas muy poderosas a través de edificar realidades antes de que sucedan, lo que le da margen de actuación al banco central.
Por otro lado, si Banco de México consideraba apropiado recortar la tasa solo porque se encuentra en un nivel muy alto, este tipo de argumento puede quitarle un poco de credibilidad. Incluso, podría ir más allá el tema. Entre líneas se podría leer una “mía culpa”, porque esto implicaría reconocer que probablemente “abusó” con el nivel de endurecimiento monetario que se llevó a cabo.
Los bancos centrales tienen una moneda que no es canjeable: su credibilidad. Si bien han argumentado que no están garantizadas bajas constantes en la tasa de fondeo en las siguientes reuniones (las siguientes reuniones serán en: mayo, junio, agosto, septiembre, noviembre y diciembre), existe mucha niebla sobre las siguientes decisiones, no es sencillo anticipar cuál podría ser su siguiente movimiento respecto a las tasas. El camino hacia la baja será un juego de ajedrez. La principal condicionante será si la inflación rebota temporalmente en próximos meses, lo que podría motivar a nuevas revisiones internas de la junta de gobierno en sus estimados.
El andar en este camino ya inició, será cuesta abajo, la velocidad aún es incierta.