El entorno negativo que ha existido durante las últimas semanas sigue siendo un lastre para el peso mexicano, los activos de mayor riesgo se mantienen fuera del foco de los inversores a los que les preocupan:
- El escenario donde la FED inicie las reducciones de estímulos monetarios.
- Las presiones inflacionarias que puedan durar por un periodo más amplio al esperado.
¿Cuáles son los factores que están incidiendo en el movimiento del peso?
La evolución de la inflación y el temor ante la posibilidad de una crisis energética en el mundo, pueden ser factores que definan los pasos a seguir por los bancos centrales del mundo. El peso mexicano busca encontrar un camino entre estos temas de coyuntura. La semana pasada el peso se pudo apreciar cerca del $20.30 spto, aunque a inicios de esta semana se depreció a niveles que no tocaba desde marzo de este año cercano al $20.90.
¿Hacia dónde va en el corto plazo la moneda local?, la definición pasará en gran medida por los datos del PIB de China y los nievles del precio del petróleo. El rango es amplio, puede rondar desde los $20.20 hasta los $20.50.
Aunque el precio del petróleo históricamente ha venido siendo un catalizador positivo para el peso mexicano, debido a que muchos inversionistas siguen viendo a México como un país petrolero en el que el sector público depende de estos ingresos, esta vez no esta funcionando así. El temor a una inflación con una duración más amplia a la esperada genera la inquietud de que los bancos centrales fuercen un endurecimiento de las políticas monetarias. En el caso de una eventual aceleración en las subidas de las tasas de interés motivaría a cambios en los portafolios de inversión, los inversores se sentirían motivados para abandonar sus posiciones consideradas riesgosas para canalizar sus recursos a activos de menos riesgo con mejores tasas de interés.
