A finales de la semana anterior nos enteramos de los datos de inflación en México durante la primera quincena de julio. El dato fue 0.36%, esto significa que la inflación acumulada en los doce meses anteriores ha alcanzado el 3.59%
¿La inflación debe empezar a inquietarnos?
¿Es malo este dato?, Sin ser catastrofistas, tampoco podemos decir que ha sido un buen dato, lo que sí es inquietante es que las expectativas de inflación a inicio de este año estaban por debajo del 3%, lo sé, a principios de año todas las expectativas eran completamente diferentes a las que actualmente existen. Es muy probable que el 2020, concluya con una inflación cercana al 3.8%.
El dato inflacionario va a traer consecuencias, la primera sería que el Banco de México ya no mantenga su política de disminución de tasas de interés. El próximo mes de agosto el banco central mexicano tendrá una reunión y el consenso entre los analistas es que podría recortar la tasa entre 25 y 50 puntos base, pero como ha sido el caso, la inflación de julio y la de agosto siguen al alza, la junta de gobierno de Banco de México tendría limitantes para hacer el recorte con tranquilidad.
Durante varios meses los recortes han sido parte de una política que busca abaratar el dinero, lo cual es una respuesta ante la crisis proveniente del choque de demanda que existe en el país y en todo el mundo; El Covid-19 frenó la economía de golpe y mientras en otros países existen condiciones para mantener la tasa en niveles de cero o por debajo de cero, en México la tasa de interés ha mantenido niveles que le son atractivos a los inversionistas a nivel mundial.
Durante los últimos años México se ha alejado de inquietudes provenientes de ciclos inflacionarios, las condiciones actuales no provocarían nada parecido a lo que se vivió en los ochentas y noventas, pero en el actual contexto tampoco es sano ver pequeños incrementos. Banco de México necesita holgura para seguir recortando su tasa de interés.