México, tenía al igual que muchos otros países en el mundo sistemas de pensiones generosos, pero esto ha cambiado al mismo ritmo de velocidad con el que la población mundial está envejeciendo. Recientemente en el Foro Económico Mundial algunos especialistas se refirieron a este fenómeno como una “Bomba de tiempo global” y es cierto, de hecho, suena mejor de lo que podría ser en la realidad.
¿Los planes de pensiones están funcionando?
El fenómeno de ahorrar para una jubilación es un fenómeno reciente. Esto empezó en el siglo XX cuando la probabilidad de vivir se extendió por los avances médicos, también, fue resultado de que en muchos países del mundo las familias empezaron a dispersarse. Los planes de jubilación estaban a cargo de los gobiernos. Cuando un individuo llegaba a cierta edad, en al que ya no era apto para trabajar, el Estado entregaba una cantidad de dinero mensual. En algunos casos, la empresa era la que absorbía esta remuneración.
Las preguntas que redefinieron el futuro financiero de los individuos es ¿Quién debe responsabilizarse por la planificación, ahorro y pago de las pensiones? ¿El Estado, las empresas o los individuos?
Prácticamente todos los países en el mundo diseñaron planes de pensiones donde el individuo es el que tiene que asegurarse de ahorrar lo suficiente para la etapa de su vida donde ya no trabajará. Entonces, depende de cada persona asegurarse de contar con lo suficiente, lo cual es un problema para individuos que ganan mucho dinero y para muchos otros es un problema que no sólo radica en mantener un estilo de vida, existen muchos mexicanos que, hoy, no tienen mil pesos para afrontar una emergencia médica, muchos menos los tendrán cuando ya no tengan ingresos, ¿Qué harán cuando estén jubilados?
Algunos expertos, como el premio Nobel Peter Diamond, cree que la carga no debería recaer exclusivamente en el trabajador.
"Un sistema de pensiones que aborde todos los problemas se preocupará por la pobreza y los riesgos a los que están sujetos los trabajadores y las familias", dice Diamond. "Funcionará en lo que se llama suavización del consumo, la idea de que su nivel de vida no debería caer demasiado después de retirarse".
El Nobel enfatiza que aunque muchos países de primer mundo tienen un sistema de pensiones universal, este no está completo y se puede diversificar. Afirma que las mismas reglas para jubilarse no aplican para todas las personas por igual.
“Diferentes personas con diferentes tipos de trabajos se jubilarán a diferentes edades porque los trabajos son diferentes, la salud de las personas es diferente, sus oportunidades son diferentes. El problema es cuánta complejidad construyes en tu sistema universal y cuánto dejas para lidiar con los elementos de diversidad”.
De acuerdo al académico, existen tres partes separadas del sistema.
- Elementos obligatorios financiados por el trabajo y los empleadores,
- Financiamiento por el gobierno
- Contribuciones voluntarias.
Aunque los tres son importantes, las aportaciones voluntarias tienen un peso específico mayor.
Menciona que "Es apropiado que para un grupo en el que esperaría que se jubilaran antes, buscaría contribuciones más grandes y elegibilidad más temprana", en el caso de México, por ejemplo, existe una preocupación de muchas personas por la dependencia que históricamente las pensiones han tenido del gobierno, lo que es un volado, ¿Por qué? Porque los gobiernos tienen políticas cambiantes y en el caso de ciertas crisis, los fondos de pensiones se han convertido en un seductor salvavidas para las finanzas públicas.
Durante las últimas semanas ha existido un revuelo en torno a los planes de jubilación en México. Es indispensable que las autoridades y todos los agentes económicos aborden el tema con más profundidad, porque nadie quiere que explote una bomba económica en su bolsillo cuando ya no hay muchas fuerzas para tratar de remediar la tragedia.