Este jueves 21 de junio el Banco de México llevará a cabo una reunión más de su junta de gobierno, esta será la cuarta que lleve a cabo durante este año. Es de tomarse en cuenta, que durante las dos reuniones previas no existido cambio alguno en la tasa de interés, la cual sigue en niveles de 7.50%.
¿Banco de México subirá la tasa de interés?
En semanas previas a este encuentro, las expectativas existentes eran que la tasa de fondeo se mantuviera sin cambio alguno, pero en días recientes una, cada vez más creciente cantidad de voces, se levantan generando expectativas de un incremento, ¿A qué se debe esta creciente especulación que ronda la política económica del Banco de México? La razón principal es la intensa volatilidad del tipo de cambio, una vez más la depreciación del peso, está por dejar al descubierto otro cadáver en el closet, la depreciación de la moneda local está muy cerca de acumular un 17%, con expectativas bien fundamentadas de que esto no sea el suelo, el peso se podría seguir depreciando otro tramo.
A Banco de México le empiezan a pesar sobre los hombros los números que viene arrastrando, no sólo la depreciación del peso lo tiene en jaque, el año 2017 se cerró con la mayor tasa de inflación en lo que va del siglo. Hacia adelante el aumento en el precio del dólar significaría una transmisión de este incremento en bienes finales que el consumidor estará resintiendo en el futuro cercano. Durante el mes de mayo algunos factores (como el incremento en el costo de los energéticos) incidieron en una inflación alta.
El mantener una inflación en un techo no mayor al 3% ha sido un dolor de cabeza para Banxico que no sólo proviene de la afectación cambiaria, el aumento a los precios internacionales del petróleo ha provocado un constante incremento en el precio de la gasolina en territorio mexicano. En el mediano plazo, la posibilidad de una guerra comercial, con el consecuente aumento en los aranceles podría ser un factor a considerar dentro de la ecuación.
El reciente aumento en las tasas de interés que la Reserva Federal en Estados Unidos no ayuda a mantener al peso con la guardia en alto a la moneda mexicana le están llegando más golpes de los que puede contener. Ya ni se diga, el constante desgaste como resultado de la fallida renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y las elecciones presidenciales que tendrán desenlace en las próximas dos semanas. El futuro cercano sigue sin ser alagador para el peso mexicano, sencillamente no hay catalizadores que permitan darle un respiro a la depreciación en las próximas semanas.
En este escenario el Banco de México debería subir la tasa de interés cuando menos 25 puntos base, es indispensable tirar un ancla a la inflación y la única medida para controlar el tipo de cambio será aumentar la tasa objetivo de corto plazo, antes de que termine el mes de junio deberá de estar en 7.75% y con esto liberar un poco de presión al peso, será su último cartucho antes de las elecciones y aunque esta acción será una bocanada de aire fresco para nuestra moneda, es muy probable que el peso toque o rebase niveles de $21.
Un ojo al mundial de futbol y otro a la economía.
