Muchos lo dudaban, otros lo aseguraban, pero la única verdad es que guste o no, Donald Trump volverá a ser el gobernante del país con la economía más grande del mundo, Estados Unidos de América.
Antes de ahondar en los impactos que esto traerá consigo para México, quiero comenzar analizando una serie de sucesos que, a mi juicio, representan los mejores casos prácticos de lo que es el mercado, tanto para quien se inicia en las finanzas como para el veterano.
Diversas personas concibieron la idea que el par USDMXN se vería sometido al alza si el candidato republicano fuese mostrando ventaja en los resultados y, consecuentemente, fuera declarado victorioso. Si bien la primera hipótesis se cumplió, pues el peso mexicano registró un episodio de depreciación de las 16:00 h del 5 de noviembre hasta los primeros minutos del día siguiente, elevando la paridad a un nivel de 20.8039 unidades desde 20.0718 (un descenso del orden de 3.65%), una vez que se consolidó la tendencia a favor del mencionado candidato, contrario a lo que pensaban, la moneda local se sobrepuso, restableciéndose a niveles de 20.0733 (recuperándose 3.51%), para anotar al cierre de la sesión bursátil un avance de 0.06%.
Dicho lo anterior y por increíble que pueda ser, el dólar estadounidense finalizó la semana con un nivel inferior que el de la última semana de octubre, en MXN$ 20.1577; es decir, una recuperación de medio punto porcentual.
Ahora bien, ¿por qué no se cumplió la segunda hipótesis? Por mera tendencia más que por un «descuento» por parte de los inversionistas (las encuestas no mostraban un sesgo claro hacia ninguno de los aspirantes). Analicémoslo, de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha (Gráfica 1).
Desde agosto de 2015, el par USDMXN se encuentra oscilando en una tendencia lateral, teniendo como soporte general el nivel de 16.7000 y como resistencia 21.4500. Por otro lado, la crisis pandémica (comenzada en marzo de 2020) marcó el inicio del proceso de revalorización, el cual se extendió hasta abril de 2024 (coincidiendo con el soporte general). Tocado ese rango, la tendencia se revirtió, formando, inicialmente, un canal alcista, pero que, al final, está definiéndose entre un triángulo ascendente o bien, un triángulo divergente bajista. En esa línea, las velas semanales han estado mostrando una divergencia desde comienzos de septiembre con respecto al oscilador técnico MACD y el Índice de Fuerza Relativa (RSI, por sus siglas en inglés).
El fundador de Tesla, Inc (NASDAQ: TSLA), Elon Musk, se caracterizó por ser uno de los principales aliados de Donald Trump, que, de acuerdo con las estimaciones, donó cerca de US$ 119M a un comité de acción política a su favor.
Pese a que la acción se encontraba asimilando un punto de soporte relevante, en US$ 240, luego de validar un triple techo, en US$ 270.40, rebotó en la sesión bursátil del 6 de noviembre, abriendo con un gap de 13.22%, para, finalmente, cerrar el día en US$ 288.53 (una revalorización intradía de 14.75%). Acotándolo en términos semanales, quien haya adquirido acciones de TSLA el día de elección, habría generado un retorno del orden de 27.75% en tan sólo 3 días, por encima del 25.70% que el S&P 500 ha acumulado en lo que va del año (Gráfica 2).
Otro de los grandes protagonistas de ese día fue el referencial bursátil de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), el S&P/BMV IPC, que de caer hasta 2.28% en los primeros 7 minutos de abierto el mercado, logró repuntar para cerrar en 51.732.26 puntos, lo que significó una recuperación de 4.54% y una variación positiva intradiaria del orden de 1.77%.
Si bien el mercado había estado registrando un ajuste desde la segunda quincena de octubre, al igual que lo sucedido con el par USDMXN, el avance se explicó por una cuestión de tendencia, pues en diversos momentos del periodo de negociación se tocaron diferentes puntos clave, la base del canal bajista (línea roja) de mediano plazo; el nivel de 78.60% de los retrocesos de Fibonacci, y, la base del canal bajista de corto plazo (línea amarilla), pudiendo deducir que en niveles técnicos se encontraba «barato» (Gráfica 3).
Ahora sí, de una forma condensada (pues es un tema bastante extenso que se vendrá desarrollando conforme pase el tiempo), analicemos los principales riesgos que representa para nuestro país el regreso de Donald Trump (Tabla 1):
Antes de ahondar en los impactos que esto traerá consigo para México, quiero comenzar analizando una serie de sucesos que, a mi juicio, representan los mejores casos prácticos de lo que es el mercado, tanto para quien se inicia en las finanzas como para el veterano.
Diversas personas concibieron la idea que el par USDMXN se vería sometido al alza si el candidato republicano fuese mostrando ventaja en los resultados y, consecuentemente, fuera declarado victorioso. Si bien la primera hipótesis se cumplió, pues el peso mexicano registró un episodio de depreciación de las 16:00 h del 5 de noviembre hasta los primeros minutos del día siguiente, elevando la paridad a un nivel de 20.8039 unidades desde 20.0718 (un descenso del orden de 3.65%), una vez que se consolidó la tendencia a favor del mencionado candidato, contrario a lo que pensaban, la moneda local se sobrepuso, restableciéndose a niveles de 20.0733 (recuperándose 3.51%), para anotar al cierre de la sesión bursátil un avance de 0.06%.
Dicho lo anterior y por increíble que pueda ser, el dólar estadounidense finalizó la semana con un nivel inferior que el de la última semana de octubre, en MXN$ 20.1577; es decir, una recuperación de medio punto porcentual.
Ahora bien, ¿por qué no se cumplió la segunda hipótesis? Por mera tendencia más que por un «descuento» por parte de los inversionistas (las encuestas no mostraban un sesgo claro hacia ninguno de los aspirantes). Analicémoslo, de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha (Gráfica 1).
Desde agosto de 2015, el par USDMXN se encuentra oscilando en una tendencia lateral, teniendo como soporte general el nivel de 16.7000 y como resistencia 21.4500. Por otro lado, la crisis pandémica (comenzada en marzo de 2020) marcó el inicio del proceso de revalorización, el cual se extendió hasta abril de 2024 (coincidiendo con el soporte general). Tocado ese rango, la tendencia se revirtió, formando, inicialmente, un canal alcista, pero que, al final, está definiéndose entre un triángulo ascendente o bien, un triángulo divergente bajista. En esa línea, las velas semanales han estado mostrando una divergencia desde comienzos de septiembre con respecto al oscilador técnico MACD y el Índice de Fuerza Relativa (RSI, por sus siglas en inglés).
El fundador de Tesla, Inc (NASDAQ: TSLA), Elon Musk, se caracterizó por ser uno de los principales aliados de Donald Trump, que, de acuerdo con las estimaciones, donó cerca de US$ 119M a un comité de acción política a su favor.
Pese a que la acción se encontraba asimilando un punto de soporte relevante, en US$ 240, luego de validar un triple techo, en US$ 270.40, rebotó en la sesión bursátil del 6 de noviembre, abriendo con un gap de 13.22%, para, finalmente, cerrar el día en US$ 288.53 (una revalorización intradía de 14.75%). Acotándolo en términos semanales, quien haya adquirido acciones de TSLA el día de elección, habría generado un retorno del orden de 27.75% en tan sólo 3 días, por encima del 25.70% que el S&P 500 ha acumulado en lo que va del año (Gráfica 2).
Otro de los grandes protagonistas de ese día fue el referencial bursátil de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), el S&P/BMV IPC, que de caer hasta 2.28% en los primeros 7 minutos de abierto el mercado, logró repuntar para cerrar en 51.732.26 puntos, lo que significó una recuperación de 4.54% y una variación positiva intradiaria del orden de 1.77%.
Si bien el mercado había estado registrando un ajuste desde la segunda quincena de octubre, al igual que lo sucedido con el par USDMXN, el avance se explicó por una cuestión de tendencia, pues en diversos momentos del periodo de negociación se tocaron diferentes puntos clave, la base del canal bajista (línea roja) de mediano plazo; el nivel de 78.60% de los retrocesos de Fibonacci, y, la base del canal bajista de corto plazo (línea amarilla), pudiendo deducir que en niveles técnicos se encontraba «barato» (Gráfica 3).
Ahora sí, de una forma condensada (pues es un tema bastante extenso que se vendrá desarrollando conforme pase el tiempo), analicemos los principales riesgos que representa para nuestro país el regreso de Donald Trump (Tabla 1):
- I. Recordemos que el republicano gobierna con el estómago en lugar de con el cerebro, hecho del cual, como es factible sacarle ventaja puede ser altamente peligroso. No obstante lo anterior, lo único cierto es que los activos financieros situados en economías emergentes podrían sufrir episodios de volatilidad y desasosiego constante.
- II. No sólo en Estados Unidos de América, sino también en muchas economías avanzadas se ha estado registrando durante los últimos años una mayor predilección a la imposición de restricciones comerciales hacia otras naciones, bajo el argumento de proteger sus intereses económicos. Con motivo de esto, el gobierno electo ha propuesto una serie de incentivos a las empresas americanas que reubiquen sus fábricas al país, destacando el recorte de la tasa impositiva desde 21% a 15%, lo cual podría minar el interés de algunas compañías de establecerse en México o bien, de seguir sus operaciones.
- III. En su último día de campaña, el presidente electo sentenció que si el gobierno mexicano no acata una lista de medidas, las cuales incluyen el cese del flujo migratorio ilegal; el impedimento de la entrada de drogas, y, la erradicación de los grupos delincuenciales aplicaría aranceles a los productos mexicanos, los cuales comenzarían desde 25% y podrían extenderse hasta 100%. En esa misma línea, indirectamente, el sector secundario podría resentir el establecimiento de aranceles a los productos chinos, pues recordemos que jugamos un rol importante en la manufacturación de autopartes de coches eléctricos de origen chino.
- IV. La promesa de deportar a los indocumentados tendría el potencial de desestabilizar el tejido social, manifestándose a través del incremento de los niveles de inseguridad (sobre todo en las ciudades fronterizas) y en la desaceleración del consumo (recordando que el envío de remesas ha sido un pilar fundamental en el impulso de esta variable durante los últimos 4 años).
Para culminar, dos cosas.
Una cosa es la política, y otra muy diferente la realidad. Y, más que una amenaza, el triunfo de Trump es una oportunidad (para quien esté atento).