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El primer ladrillo

Hablando de perfilamiento financiero (aunque no sea tan común en la práctica) es mucho más fácil plantear una estrategia de inversión para un menor de edad que para un adulto.

Más allá del sentido de consciencia y el desarrollo de la personalidad (variable que se relaciona directamente con el grado de aversión al riesgo), la carestía natural de compromisos monetarios y la limitada capacidad de planificación del niño juegan un papel protagónico.

Bajo una perspectiva subjetiva, todo inversionista (independientemente de sus objetivos financieros) debería contar con 3 portafolios de inversión que se ajusten a los horizontes temporales: de corto plazo, de mediano plazo y de largo plazo. El primero, para preservar la liquidez (perfil conservador y, en cierta medida, el perfil moderado) o para aprovechar los vaivenes del mercado (perfil agresivo); el segundo, para aprovechar los ciclos monetarios (perfil conservador) o para capitalizar las tendencias secundarias (perfil agresivo y, en cierta medida, el perfil moderado), y, el tercero, afianzar el poder adquisitivo (perfil conservador y, en una mediana proporción, moderado) o bien, la maximización de las ganancias sin importar el riesgo (perfil agresivo). A partir de ello y de una construcción y gestión inteligente, éste no sólo podrá beneficiarse permanentemente de los ciclos económicos y de mercado, sino también proliferar automáticamente sus fuentes de ingreso.

Sin embargo, son muy pocas las personas quienes pueden gozar de un esquema de esa naturaleza, pues si bien no se necesitan grandes cantidades de dinero para construir un portafolio de inversión, su mantenimiento (del esquema) sí, por lo que, comúnmente, con base en el perfilamiento y los objetivos financieros se establece una estrategia común bajo un enfoque temporal único.

Retomando el punto inicial, es claro que un niño dista de tener capital propio, pero, precisamente por lo mismo, en un solo portafolio de inversión (considerando sólo la composición) puede conjugarse más de una estrategia (con un enfoque predominantemente de largo plazo).


Antes de proseguir con la explicación sobre los criterios a considerar en la formulación de la estrategia que podría figurar para tales fines, es importante hacerle mención que, en ningún momento debe ser tomada como un punto de referencia ni mucho menos como una recomendación de inversión, tanto por mero principio ético como por el tiempo; retornos pasados no son garantía alguna de retornos futuros, así como por su causa, que busca ser solamente un ejemplo práctico, por lo que no debe replicarse y en su defecto se deberá consultar con un especialista financiero (Tabla 1):

  • I. El aseguramiento de la educación universitaria es uno de los objetivos financieros primarios que la mayoría de los padres de familia se plantean desde el día en que sus hijos nacen, para el cual se podría estimar que se requerirá contar con el monto fijado en aproximadamente 18 años. A partir de esa «fecha de vencimiento», se deberá configurar el plan de inversión, siendo el punto angular el riesgo de portafolio, el cual comenzará desde un punto alto para ir descendiendo hasta su máxima expresión, logrando asegurar el monto.

  • II. La conformación de la cartera de inversión dependerá de la meta principal; no obstante, se deben privilegiar activos que cumplan al menos con una de dos condiciones clave, que se caractericen por ser de alto riesgo y/o con buen desempeño histórico al tiempo que con buenas perspectivas. Los instrumentos indexados a los mercados desarrollados y al sector tecnológico, la exposición a metales preciosos y la participación en acciones de empresas defensivas y cash cows, serían alternativas idóneas.

  • III. De seguir la lógica de los puntos ya mencionados, muy pocas veces se ejecutarían órdenes de venta, por lo que, en el sentido estricto del término, las reinversiones serían escasas. Siendo así y dependiendo del ciclo económico y de mercado en el que se sitúe, así como el avance del periodo de inversión, como estrategia complementaria, podrían aprovecharse las tendencias seculares o las restricciones monetarias, que, de ser obtenidas ganancias, deberán destinarse para los mismos fines.

  • IV. Ahondando un poco más y complementando el primer punto, al tiempo que se haya alcanzado el monto objetivo será el momento cumbre para ir liquidando ciertas posiciones (las que hayan generado el mayor retorno acumulado) y trasladar las ganancias a activos de menor riesgo para poder preservar el poder adquisitivo, como instrumentos de renta fija. Con respecto a las otras, si existieran retornos negativos, a menos que se perfile un rebote, aprovéchelo, de lo contrario, ciérrelas y migre las pérdidas a instrumentos que se encuentren pagando retornos reales por encima de la inflación o bien, a los mismos que elija para las ganancias.

  • V. Si bien es una de las tácticas más populares para los inversionistas cuyos objetivos son de largo plazo, ciertamente, no es replicable para todos, pues requiere hacer nuevas inversiones de forma metódica sobre un activo o instrumento particular, principalmente, en las correcciones o mercados bajistas. Esto coadyuva a aminorar el efecto base de las minusvalías y contribuye en la mejoría de los retornos (haciendo uso del interés compuesto).

Aunado a lo anterior, la disciplina y la visión son variables clave que deben conjugarse para alcanzar exitosamente la meta.

Reiterando uno de los pensamientos personales de su servidor, la mejor herencia que se le puede dar a un niño además de la educación es una vida financieramente sana.


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  1. en respuesta a Laramonica
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    Top 10
    #2
    08/10/24 17:26
    ¡Hola, @laramonica!

    Muchas gracias por tu retroalimentación. Fue un honor.
  2. #1
    08/10/24 15:56
    Felicidades por su participación en el evento Rankia.