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Construyendo Roma

Indudablemente, la mejor herencia que un padre de familia le puede dejar a sus hijos es la educación. Sin embargo, coexiste un elemento que, de igual forma, podría priorizarse; me refiero a unas finanzas sanas

Una de las realidades más crudas que enfrenta la sociedad mexicana es que, ante la carestía de un programa de educación financiera en el sistema educativo (que, de haberlo, tampoco sería una garantía), la mayoría de las personas no aprenden, sino que se enseñan a manejar el dinero (hasta su adultez), ocurriendo, generalmente, al encontrarse ante una situación complicada (por ejemplo, la acumulación de deudas o el surgimiento de una emergencia), cuando en realidad deberían ser formadas desde la niñez y/o antes de ganar su propio dinero

Dicho lo anterior, es esencial que desde temprana edad los padres involucren a sus hijos en los asuntos monetarios.


Si bien no existe una regla o metodología para ello, pues depende mucho del estado financiero de cada familia, le expondré, desde mi postura de financiero, algunas ideas para hacerlo (Tabla 1): 

  • I. Los niños aprenden probando, escuchando, sintiendo, pero sobre todo viendo, por lo que no podríamos hablarles de dinero sin exponerlos directamente a él. En ese sentido y a partir de una edad razonable (por ejemplo, al ingresar a la educación primaria), se les podría dar un determinado monto cada cierto tiempo (semanal, quincenal o mensual). Con la finalidad de asegurar un primer acercamiento, es crucial que este dinero le sea dado en efectivo directamente en sus manos junto con una alcancía y un calendario, explicándole que, a partir de ese instante, recibirán tal cantidad en tales fechas (específicas) bajo el argumento (incipiente) que podrían requerirlo para su receso o bien, para destinarlo al ahorro

  • II. El tema con el que doy comienzo a mi capacitación de finanzas personales es la presupuestación, pues es imposible actuar con nuestro dinero sin antes saber cuánto tenemos y cómo lo administramos. Considerando el punto anterior, desde el primer momento (y consecuentemente cada vez) en que se le dé la «mesada» al niño, se le deberá instruir en la elaboración de su presupuesto (preferentemente, en una hoja de cálculo), explicándole que ese dinero corresponde, en términos formales, a una «entrada». Y la misma lógica cuando él decida hacer uso de él, enseñándole que se trata de una «salida». Así también, hablarle sobre los «ingresos extraordinarios», en este caso, regalos familiares en dinero o las visitas del «Ratón Pérez».

  • III. Como lo mencioné anteriormente, el fin inicial con el que se les otorga dicho dinero es para sus gastos en la escuela (buscando que se adentren en el uso de éste, realizando sus primeras compras); sin embargo, también señalé en que se les debe dar la alternativa de guardarlo todo o una parte (en la alcancía). Partiendo de este último comentario, el ahorro nunca tendrá sentido si no existe una meta de por medio, ya que no habrá un incentivo real para hacerlo y, por naturaleza y lógica, se optará por disponer de él al momento. Por eso mismo, es vital que se les inculque el hábito del ahorro a través de objetivos, los cuales pueden abarcar desde la compra de un juguete, videojuego y/o ropa hasta la formación de un microemprendimiento.

  • IV. Si bien hasta el momento he hecho mucho énfasis en que el uso de efectivo juega un papel esencial en los primeros acercamientos que una persona tenga con el dinero (partiendo del principio que los niños aprenden viendo), contextualizando los hechos actuales y los avances tecnológicos en diferentes ámbitos de la vida (incluyendo las finanzas), sería un error no sumergir a la niñez en estas nuevas tendencias. Por ello, después de un tiempo y sólo hasta que el niño demuestre un buen manejo del dinero (presupuesto y ahorro), el siguiente paso será aperturarle una cuenta bancaria para niños (de la institución financiera de su elección) y una cuenta en Cetesdirecto (en la versión para menores de edad), con la finalidad que se familiaricen con los productos financieros tradicionales y sus características, al tiempo que realizan planes de ahorro más estructurados.

  • V. En el tercer punto mencioné «microemprendimiento», partiendo de la idea que para crear un negocio se necesita capital, el cual no se conseguirá de otra forma que ahorrando (o, en su defecto, solicitando un financiamiento). Esto cobra mucha relevancia en dos sentidos, el primero en que el niño aprenderá que es preferible contar con más de una fuente de ingresos (no sólo su «mesada») y el segundo en que haciendo un uso responsable e inteligente del dinero puede hacer más dinero. Para lograrlo, será esencial enseñarle que con sus habilidades puede crear esa segunda entrada (por ejemplo, el dibujo o el ensamble de alimentos) o también la comercialización de bienes (el clásico, dulces).

  • VI. Independientemente del buen manejo que el niño tenga en sus finanzas (con ayuda de su tutor), en algún momento, se verá en la necesidad de requerir más dinero, ya sea para lograr una meta o para su emprendimiento, por lo que el tutor deberá convertirse en el banco. Llegado este momento, habrá que explicarle lo que es el apalancamiento y las obligaciones a las que se verá sujeto, ya sea con un préstamo o crédito. Establezca un esquema simple con un contrato físico que ambos firmen, sentenciándole cuál es el monto con el que será financiado ya sea la cantidad exacta (en caso de ser préstamo) o una cantidad razonable (en caso de tratarse de un crédito), la fecha de corte, la fecha límite de pago y la tasa de interés, tanto ordinaria como moratoria (esta última, en caso de no ver saldada la obligación). Es estricto, pero le aseguro que su hijo jamás arruinará su bolsillo.

  • VII. Este último punto es más extenso y hasta un tanto especializado, pero, de estar en su alcance (con ayuda de un experto), desde el día en que le dé su primera «mesada» asigne una cantidad (y así de forma constante) a un portafolio de inversión, el cual esté compuesto de diversos instrumentos y activos (bajo un enfoque de largo plazo), con la idea que, al ritmo que crece su hijo, éste crezca, y llegada su mayoría de edad o bien, concluidos sus estudios universitarios, reciba este monto. También, en algún punto de su formación financiera, podría hablarle de las inversiones en renta variable y proponerle destinar una parte de su patrimonio a la compra de instrumentos financieros (el cual se sumará al capital inicial de ese portafolio).

Como se visualiza, hay muchas formas de promover una vida financieramente sana con los hijos, pero lo cierto es que no quedará bien cimentado sin su ejemplo

Un niño con educación financiera será un adulto con riqueza.

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  1. en respuesta a Laramonica
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    Top 10
    #2
    03/09/24 17:16
    ¡Hola, @laramonica!

    Muchas gracias por leerme.
  2. #1
    03/09/24 13:20
    Muchas gracias.informacion muy valiosa para construir la vida financiera de los pequeños