Vladimir Putin comienza a llevar una importante ventaja sobre el mermado presidente estadounidense, Barack Obama. Posterior a la anexión de la península de Crimea a Rusia, el gobierno de Washington contestó con sanciones que eran vistas como leves o “light” por parte de los propios rusos y los analistas internacionales.
Por esta razón el pasado jueves Obama anunció nuevas medidas contra una veintena de altos cargos rusos y amenazó a sectores estratégicos de la economía rusa, como el energético. En palabras del propio Barack Obama,
Si hay movimientos rusos sobre las regiones sur y oriental de Ucrania, esos castigos entrarían en operación.
Pero el gobierno de la capital moscovita ya tiene preparada una nueva ofensiva en su estrategia de contrataque: Rusia fija su objetivo en los petrodólares. El gigante de Europa y Asia apunta hacia nada más y nada menos que el corazón del sistema financiero global.
La nueva estrategia de contragolpe se dejó ver sin miedo a través del ministro de Desarrollo Económico de Rusia, Alexei Ulyukayev, el cual declaró que Rusia trabajaría por multiplicar el volumen de comercio internacional en divisas estatales distintas al dólar (como el yuan y el rublo). “¿Por qué deberíamos tener contratos en dólares con China, India, Turquía?”, cuestionó el ministro ruso. En el fondo, la meta es crear nuevas petro-divisas de comercio bilateral, más que de “reserva”.
George Soros anticipa los movimientos de Rusia
Esta declaración de intenciones de produjo en el marco de un pre-ataque norteamericano, cuyo autor intelectual es el conocido inversionista George Soros, famoso por su simpatía y suculentas aportaciones financiera al Partido Demócrata, al que pertenece Obama. La semana pasada en Berlín, Soros dio a conocer públicamente su propuesta para castigar a Rusia vendiendo parte de la reserva estratégica de petróleo, con el fin de manipular el precio a la baja. Es conocido que el “oro negro” es una de las principales fuentes de financiación para el presupuesto federal ruso.
Según Soros, Rusia necesita el precio se encuentre a 100 dólares por barril de petróleo para “equilibrar su presupuesto”.
Estas revelaciones no llegan por casualidad un semana después de que el Departamento de Energía americano anunciara la primera “prueba de venta” desde 1990, por unos escasos cinco millones de barriles. Los precios cayeron a los niveles más bajos en un mes, una clara admonición para Rusia. Lo malo para Estados Unidos es que el propio Soros hizo una advertencia:
La tarea es ayudar a Ucrania en lugar de castigar a Rusia, porque solo castigarla acorralaría a Putin y como un animal herido, devolvería el golpe y sería una proposición perder-perder.
Se hace evidente que Soros conoce los planes rusos de posible contragolpe contra el dólar, que podrían conducir a la masiva enajenación de bonos del Tesoro, la suspensión de pagos de compañías rusas con deudas en dólares, entre muchas otras consecuencias.
Según datos de la FED, entre el cinco y el doce de marzo se produjo un inmenso desplome de 140.5 mil millones de dólares en los bonos del Tesoro que mantiene en resguardo a favor de instituciones extranjeras y otros bancos centrales. Es la mayor caída de la que se tenga registro. Y dado que no se trató de una venta sino de una única salida de los valores guardados, se sospecha que Rusia habría reubicado sus tesoros fuera de Estados Unidos, para en caso necesario poder disponer de estos copiosos recursos, y quizá, utilizarlos como arma.
Según cifras del Tesoro, al cierre de enero Rusia tenía 131.8 mil millones de dólares en bonos.
China, el aliado estratégico de Rusia en su ataque al petrodólar
El mensaje fue enviado por la compañía petrolera más grande de Rusia, Rosneft:
Si Europa y Estados Unidos aíslan a Rusia, Moscú mirará hacia Oriente para hacer nuevos negocios, tratos energéticos, contratos militares y alianzas políticas.
Las negociaciones entre Rusia y China por la venta 38 mil millones de metros cúbicos de gas natural hacia 2018 se encuentran muy avanzadas, todo a través del primer gasoducto entre el mayor productor del mundo y el mayor consumidor. Vladimir Putin podría concretar el acuerdo en mayo en su visita al país.
A Rusia le sigue faltando una ampliación considerable de sus reservas de oro. Podría hacer al estilo ninja, en secreto, como lo hizo China. La manipulación y los capos occidentales no podrán controlar por siempre el precio del metal dorado, y cuando el dólar colapse (algo que no dudamos que suceda sino sólo cuándo), el que tenga oro físico en sus manos tendrá el poder de conformar el nuevo sistema monetario internacional que nacerá sobre las cenizas de la moneda de Estados Unidos.
Estados Unidos debe pensar muy bien su posición ahora. Realmente no cuenta con esa “reserva estratégica de oro” y ni siquiera posee todo el oro que dice tener en papel. Una tormenta de sanciones económicas americanas sobre Rusia sería “tirarse piedras contra el propio tejado”. La decadencia de Estados Unidos se pasma, y esa superpotencia que hacía lo que le daba la gana ya no existe.