Desde la infancia a muchos nos inculcaron el ahorro, y la mejor manera era a través de la alcancía. Hoy día se sigue aplicando esta práctica tradicional, la cual nos ayuda a cumplir con muchos planes personales.
La mayoría de nosotros tuvimos una alcancía de niños; unos el tradicional cochinito, otros una cajita, una botella o una lata. El hecho es que todos en algún momento la tuvimos por ahorrar para algo en específico.