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 La pandemia por la enfermedad COVID-19, además de retos en materia de salud, ha impuesto enormes desafíos de desarrollo socioeconómico en México. Las condiciones de debilidad económica y las desigualdades prevalecientes antes de la llegada de la COVID-19 a México agudizan los efectos de las medidas de confinamiento implementadas para la contención de los contagios y reducen la capacidad de respuesta del Estado Mexicano. Asimismo, los efectos que la pandemia ha tenido sobre (i) los ingresos de las personas trabajadoras, en formalidad e informalidad; (ii) los niveles de pobreza; (iii) el consumo privado; (iv) la producción industrial; (v) los precios del petróleo; (vi) las exportaciones; y (vii) los ingresos por remesas son un factor de análisis. Las recomendaciones se enfocan en la disminución de los riesgos que comprometan la estabilidad del sistema financiero, para promover una recuperación más rápida y fortalecer la capacidad de respuesta del gobierno. 


En el Paquete Económico 2021 presentado el 8 de septiembre, el cual se aprobará antes del fin de año, la Secretaría de Hacienda presentó pronósticos económicos como una contracción del PIB de (-)8% en 2020 con un crecimiento de 4.6% en 2021, así como un aumento en la producción petrolera nacional. Además, se confirmaron prioridades del gobierno federal como el gasto destinado a PEMEX y CFE, así como a proyectos insignia como el Tren Maya y la refinería Dos Bocas. 


El nuevo pronóstico de crecimiento para la economía global del Fondo Monetario Internacional es poco alentador: la recesión global por el coronavirus Covid-19 será 30 veces más fuerte que la Crisis Financiera Internacional de 2008-2009.


En su reporte de perspectiva económica global, el organismo internacional estima que en 2020 la economía caerá 3% y la recuperación para 2021 puede implicar un crecimiento de 5.8% en la economía global, sin embargo, para que ese ‘rebote’ pueda materializarse, la pandemia deberá desvanecerse en la segunda mitad de 2020 y las medidas de apoyo tomadas por los gobiernos deberán haber evitado quiebras generalizadas, pérdida masiva de empleo y tensión de los sistemas financieros.


Esta recuperación en 2021 es solo parcial ya que se prevé que el nivel de actividad económica se mantenga debajo del nivel que se había proyectado para 2021, antes de que llegara el virus. La pérdida acumulada de PIB durante 2020 y 2021 podría ser de alrededor de 9 billones de dólares, una suma mayor que las economías de Japón y Alemania, combinadas.


Los países que dependen más del turismo y el entretenimiento tendrán las interrupciones económicas más grandes. El tamaño del impacto de la recesión es 30 veces mayor que el observado durante la Crisis Financiera Internacional, cuando la economía cayó 0.1% en términos reales.


Los países se enfrentan hoy a salidas de capital, menos apetito de riesgo a nivel global y un espacio fiscal muy limitado para planes de apoyo y sistemas de salud demasiado débiles. En el caso de México, se espera que la economía se contraiga 6.6% para tener una recuperación de 3% en 2021.


Las economías entraron en esta crisis en un estado vulnerable con un crecimiento lento y altos niveles de deuda, por primera vez desde la Gran Depresión, tanto las economías avanzadas como los mercados emergentes estarán en recesión. El FMI proyecta que el ingreso per cápita se reducirá en más de 170 países.



Economía mexicana
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