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El mejor economista del mundo

Quizá la siguiente aseveración que haré sea sin conocimiento de causa o, mejor dicho, sin conocimiento de consecuencia, dado que no es mi profesión, pero la labor del economista es una de las más difíciles de todas, pues dedica la mayor parte del tiempo a proyectar el futuro a partir de modelos «ambiguos» alimentados con datos pasados.

Durante la última semana, diversos actores financieros se han mostrado pesimistas en torno al desenvolvimiento futuro de la economía americana. S&P Global Intelligence, prevé que el Producto Interno Bruto (PIB) se ralentizará en los próximos 3 años, pasando de una tasa de crecimiento anualizada de 2.8% en 2024 a 1.9% en 2025 y 2026, seguida de un avance de 1.6% en 2027. A su vez, Morgan Stanley recortó sus pronósticos tanto para el año en curso como para el siguiente, desde 1.9% a 1.5% y 1.3% a 1.2%, respectivamente. En tanto, Goldman Sachs, por primera vez en más de 2 años ajustó por debajo del consenso de analistas su estimación del PIB, en 1.7% contra 2%. ¿La razón? La política comercial de Donald Trump 2.0.


Pese a esas expectativas que podrían agudizarse con los efectos consecuentes y lógicos que resentirían los niveles generales de precios (opacando las últimas cifras), el presidente Donald Trump aseveró lo que ya le había externado en este espacio, que para lograr un desarrollo sostenible y constante de la economía hacia delante está dispuesto a «presionarla» en el corto plazo, situación que ya se está materializando en el S&P 500, indicador que, a decir de los principales colaboradores de la Casa Blanca, es su principal barómetro económico, el cual acumula una minusvalía en las primeras 38 sesiones bursátiles del segundo periodo trumpista del orden de -5.97%, contrastando «como espejo» frente a la plusvalía de 5.37% registrada en el mismo lapso del primer periodo trumpista (Gráfica 1).

Dicho lo cual, ¿podría avecinarse un bear market?


Para empezar, en términos fundamentales, la relación precio/utilidad (PER, por sus siglas en inglés) del referencial bursátil americano, si bien se encuentra en 28.17x, marginalmente por debajo de su último máximo registrado en enero de 2025, sigue superando a la media de 16.14x, que, conjugándolo con las reservadas perspectivas económicas junto con la reducción de las estimaciones de Utilidad por Acción (UPA, por sus siglas en inglés) para todo el ejercicio fiscal 2025 en 10 de los 11 sectores (exceptuando el sector financiero con 1.1%), que destacó por ser la más agresiva para un primer bimestre considerando los datos promedio de 5, 10 y 15 años, ciertamente, distamos de presenciar un mercado barato (Gráfica 2).


En esa línea, acumulando una caída del orden de -8.22% desde su último máximo histórico de 6,144.14, el referencial bursátil americano se encontraría perfilándose hacia una corrección.

De continuar con la tendencia de desaceleración (y a reserva, por supuesto, de otros factores), con base en los retrocesos de Fibonacci, se esperaría un primer soporte en el nivel 38.20% y un segundo en el nivel de 50.00%, en los 5,132.90 puntos y 4,819.51, a correspondencia, pudiendo entonces llegar a totalizar un ajuste de aproximadamente 21.60% (Gráfica 3).

Revisemos 4 datos.

Para los alcistas:


De acuerdo con la teoría del “January barometer” que dicta que, si enero fue positivo, el año entero seguirá su tendencia, podemos destacar que el primer mes de 2025 fue positivo para el S&P 500, registrando una revalorización de 2.70%, y también que, generalmente, hay menos falsos positivos cuando se cerró con alzas que cuando con bajas, teniendo un margen de cumplimiento de 83.33% contra 54.05%, por lo que, considerando este punto, es un buen augurio para los alcistas (Gráfica 4).


Analizando las correcciones del mercado de los últimos 96 años, en términos de mes de finalización, marzo y noviembre se ubican en la tercera posición de los que más registran un rebote, detrás de febrero y noviembre (Gráfica 5).

Para los bajistas:


Uno de los indicadores contrarios devela una información reveladora, la Encuesta de Sentimiento del Inversionista de la Asociación Americana de Inversionistas Individuales (AAII, por sus siglas en inglés) que nos remonta a 17 años atrás; el sentimiento bajista se ha situado por encima del 55% durante 3 semanas consecutivas, 60.6%, 57.1% y 59.2% (Gráfica 6).


Complementando el punto previo, los inversionistas parecen estar ajustando su estrategia de largo plazo de la misma forma que en periodos anteriores a las últimas crisis de los últimos 60 años (Gráfica 7).

Recuerde no apostar en contra de la tendencia, sino hacerla su amiga. Asimismo, que el mercado es un reflejo de las expectativas presentes, las cuales en su mayoría son emocionales, pero es, sin duda, nuestra mejor referencia del pulso económico.


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