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Por tercera ocasión consecutiva, la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) mantuvo sin cambios el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día, la cual se ubica en 11.25%.

Dicha decisión, de acuerdo con el órgano colegiado, tiene como sustento principal «una inflación aún elevada»; «un balance de riesgos para la trayectoria prevista para la inflación sesgado al alza», y, «un panorama inflacionario que continúa siendo complicado e incierto».

Si bien se trataba de un hecho que ya estaba descontado por el mercado, hubo dos cosas que llamaron la atención. La primera, el ajuste al alza sobre los pronósticos de la inflación subyacente, luego de no haber sufrido modificaciones durante las últimas 2 decisiones de política monetaria. Y, en segundo lugar, el énfasis en el comunicado oficial sobre que «será necesario mantener la tasa de referencia en su nivel actual durante un periodo prolongado».

Ante ello y dado que la mediana de las estimaciones de la tasa de interés de la más reciente edición de la Encuesta Citibanamex de Expectativas sugiere que ésta cerrará el año en un nivel de 11%, resulta natural plantearse si pronto finalizará el ciclo restrictivo del Banxico y, de forma indirecta, cuánto tiempo más permanecerá la inflación por encima del rango objetivo de 3 porciento +/- un punto porcentual.

Analicemos 3 factores.


Primero, la inflación como tal. En el transcurso de la semana pasada, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer el dato correspondiente al Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) de julio, en el cual la inflación general registró un incremento mensual de 0.48%, situándose en una tasa anual de 4.79%; la más baja desde marzo de 2021. Hablando de los componentes, por su parte, el no subyacente se incrementó mensualmente en 0.77%, para ubicarse en una tasa interanual negativa de -0.67%; el segundo registro más bajo desde que inició su medición en 1982. En tanto, el subyacente presentó una variación mensual de 0.39%, quedando en una tasa interanual de 6.64%; 25 puntos por debajo del 6.89% visto un mes antes, pero doblando al nivel objetivo del Banxico (Gráfica 1).

Innegablemente, la tendencia creciente de la inflación general en nuestro país está moderándose; no obstante, la piedra en el camino sigue siendo la inflación subyacente (el «termómetro» que mide la eficiencia de la política monetaria), en particular, los servicios.


Cuando se desagrega el Índice de Precios al Consumidor (IPC) y se revisa la Clasificación del Consumo Individual por Finalidades (CCIF) nos encontramos que los datos interanuales actuales del 75% de los índices están por arriba de su promedio histórico, siendo los más alejados de éste los bienes y servicios diversos; los restaurantes y hoteles, y, las prendas de vestir y calzado. En ese sentido, menos del 30% ya se encuentra dentro del rango objetivo (Tabla 1).


Tal como lo mencioné anteriormente, los canales de transmisión de la política monetaria tienen por objeto incidir de forma directa sobre el componente subyacente, principalmente, mediante la disminución en la demanda de bienes y servicios. Dicho esto, ¿cómo va el consumo (nuestro segundo factor)? Mientras que el consumo de bienes registra un ritmo de crecimiento anual negativo de -0.30%; por debajo del promedio histórico de 2.13%, el consumo de servicios, pese a que ha moderado su ritmo de avance, se mantiene por encima de su promedio histórico (5.26% contra 2.59%), aunado a que, gran parte de la expansión que ha registrado el consumo se ha venido explicando por este último (Gráfica 2).


La base de un consumo fuerte descansa en un mercado laboral sólido. Basta con que revisemos la tasa de desempleo, la cual, de acuerdo con la lectura más reciente (junio de 2023), es de 2.65%, la segunda más baja desde que se comenzó a medir el indicador (Gráfica 3).


Y, finalmente, en línea con el punto anterior, pero no menos importante, el tercer factor, el ímpetu del Producto Interno Bruto (PIB).

Basta con que se vea la mediana de las estimaciones de crecimiento económico para 2023, medido por el Producto Interno Bruto (PIB), de la citada encuesta proyecta un crecimiento del orden de 2.70%, significando una variación de 180 puntos base frente al primer pronóstico del año, publicado el 5 de enero pasado, y, una variación de 50 básicos con respecto al pronóstico del 21 de diciembre de 2021, fecha en que se le preguntó por primera vez al consenso de analistas su estimación (Gráfica 4).

En síntesis, la economía mexicana está resiliente y en un punto muy lejano de la línea de enfriamiento, por lo que será necesario la prolongación de los niveles restrictivos hasta por lo menos el 1T24, en espera de más señales que indiquen un menor dinamismo del consumidor, y, desde luego, los efectos estacionales reflejados en los niveles generales de precios hacia el 4T23.

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  1. en respuesta a Laramonica
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    Top 10
    #2
    15/08/23 17:03
    ¡Hola, @laramonica!

    Muchas gracias, mamá.
  2. #1
    15/08/23 13:21
    Felicidades! Estoy muy orgullosa de ti¡
    Sigue adelante vienen más éxitos¡