En este espacio hemos advertido que la revaluación del peso que se ha observado en semanas recientes, es sólo aparente, temporal, y debido a causas externas de debilidad del dólar, no gracias a fortalezas internas.
Como quiera, entre los factores que le hemos explicado que podrían derivar en un dólar ‘con esteroides’, están las prometidas bajas de impuestos de Trump, sus ‘impuestos fronterizos’, una continuación del ciclo alcista de tasas de interés de la Reserva Federal (Fed) estadounidense, y los serios problemas que atraviesan economías como la de China. En medio de turbulencias, el dólar es visto como refugio y tiende al alza.
Éste –el ‘factor China’-, debería mantener despiertos por las noches a Agustín Carstens y a José Antonio Meade, gobernador del Banco de México (Banxico) y Secretario de Hacienda, respectivamente. No es para menos.
Las cifras más actualizadas hablan de una verdadera ‘bomba’ financiera china que explotará tarde o temprano. Nos referimos a una inevitable ‘gran devaluación’ del yuan.
Para decirlo claro, un desplome de la divisa emergente más importante pondría de rodillas a todas las demás, incluido el peso.
Veamos. Las reservas internacionales de China alcanzaron casi los 4 millones de millones de dólares (mdd) en 2014, y desde entonces, comenzaron a liquidarlas de forma masiva para intentar apuntalar su divisa (ver gráfico abajo).
El golpe era inevitable. Recordará que de hecho, en 2015, Beijing sacudió los mercados con una devaluación del yuan o renminbi (RMB) de 1.9 por ciento, la mayor desde 1994 (ver gráfico de yuanes por dólar).
En suma, la tendencia del valor de la moneda china frente al dólar no ha cambiado, y si no se ha desplomado de forma más estrepitosa- es gracias a su venta masiva de reservas y a los férreos controles de capital que han impuesto.
El problema para los chinos es que sí, en efecto, 4 millones de mdd son muchísimas reservas, pero no infinitas. Menos aún cuando los capitales siguen huyendo en estampida. Según cifras del Institute of International Finance (IIF), los flujos netos hacia el exterior totalizaron 725 mil mdd en 2016, los más altos de que se tenga registro.
El ‘pecado’ de Beijing fue inflar e inflar una colosal burbuja de crédito tras la crisis de 2008-2009, y dado que la garantía de explosión de éstas es de 100 por ciento, el colapso era cuestión de tiempo. No importa cuánto aire inyecte a un globo reventado, no lo podrá reinflar.
No por casualidad las reservas chinas cayeron en 12.3 mil mdd en enero pasado, a 2.998 millones de mdd, un mínimo de seis años.
En 2016, la ‘quema’ de reservas totalizó casi 320 mil mdd, inferior a los 513 mil mdd de 2015, pero que podrían ser un peor síntoma: China se está quedando sin municiones para ‘defender’ al yuan.
Y es que los menos de 3 millones de mdd que le quedan son engañosos, pues el monto realmente disponible para la intervención cambiaria es mucho menor. De acuerdo con Bloomberg, esa cifra de divisas disponibles está sobreestimada en –por lo menos- 1 millón de mdd. Un mínimo de 500 mil mdd estarían ya comprometidos para entrega a futuro a pesar de aparecer todavía de manera contable en las reservas.
El analista internacional, Jim Rickards, autor de ‘Currency Wars’, explica que 1 millón de mdd de las reservas chinas se invierte en fondos de cobertura, de capital privado, minas de oro, etc., por lo que no es líquido ni se puede utilizar para apoyar la moneda. Un millón de mdd más tiene que ser mantenido como respaldo de capital para el sistema bancario chino –que es insolvente-, explicó en un newsletter.
Si bien le va entonces, al Banco Popular de China le quedará un millón de mdd más para tratar de mantener a flote el yuan.
Por supuesto, las razones políticas y el orgullo pesarán para devaluar lo más tarde que se pueda, pues Trump ha acusado a Beijing de manipular el tipo de cambio para abaratar sus exportaciones, a pesar que de hecho –como vemos-, desde hace tres años la manipulación del mercado ha sido para contener la devaluación.
Dura lección se llevarán los chinos, una lección que aquí parece que ya aprendieron en Banxico: tratar de evitar lo inevitable (la devaluación) tiene un alto costo, y sólo aumenta el apetito y las carteras de los especuladores.
En cualquier caso, el ‘factor China’ es el gran elefante en la habitación. La presión cambiaria e inflacionaria seguirá creciendo en México luego del reciente ‘descanso’ en el alza del precio del dólar. Banco de México tendrá que seguir actuando subiendo tasas, y las personas y empresas, buscando refugio financiero en activos seguros.