Banxico como consecuencia del alza de tasas de la Reserva Federal (Fed), subió también su tasa objetivo en 25 puntos base, para quedar en 3.25 por ciento. Se trató quizá de la subida de tipos más “telegrafiada” de la historia, a pesar de que no faltaron voces que aseguraban que “no había condiciones” económicas para tal movimiento.
Ya en el artículo del miércoles le decíamos que nunca se debe confiar en la palabra ni en las esperanzas de un banquero central. De hecho, muchas veces sirve más entender sus mensajes en el sentido contrario al que afirman. En el caso de Banxico esto aplicó por completo.
Y es que en agosto pasado –justo un mes antes de la que se supone sería la primera alza de la Fed-, su gobernador, Agustín Carstens, decía que “en cualquier momento” Banxico podrían subir su tasa objetivo con independencia de que lo hiciera o no aquel banco central. Pero lo cierto es que con la decisión de esta semana, Carstens dejó en claro que el factor decisivo para el alza de tasas de México siempre fue lo que anunciara el Comité de Mercado Abierto de la Fed.
Por eso, ahora que Banxico nos vende la idea de que la suba de la tasa objetivo es para “apuntalar al peso”, debemos verlo como lo que es, una mera justificación sin mayor importancia. La decisión de este país se tomó una vez más en Estados Unidos y así seguirá siendo en futuras reuniones. No habrá tal divergencia de políticas.
Debemos decir además que al igual que la venta de reservas, no servirá en absoluto para evitar una depreciación de nuestra divisa en los próximos meses. Ésta quedará sujeta a las circunstancias y condiciones globales como ha sido hasta hoy.
Dichas circunstancias apuntan a una continua fortaleza del dólar, en particular porque la Fed estará retirando liquidez mientras otros bancos centrales como el Europeo y el mismo chino, seguirán estimulando sus economías y debilitando sus divisas.
Hay quien piensa que el alza del dólar será abrupta y de un momento a otro. Aunque es una posibilidad, es más probable un fortalecimiento paulatino aunque con correcciones (bajas). Como hemos previsto, la oportunidad de compra que se presentará como consecuencia en el oro y la plata, podría ser histórica.
Ahora bien, debemos reconocer que el alza de la tasa objetivo de Banxico sí es una decisión correcta. Lo malo es que de nuevo, la Junta de Gobierno que encabeza Carstens llega tarde. Sus decisiones siempre son reactivas, y como señalamos, dependientes por completo de lo que hago o no el banco central de Estados Unidos.
Ojalá que Banxico hiciera a un lado su sumisión, pues además de una política monetaria de verdad independiente, podría atreverse a demandar la entrega de cuando menos la mayoría de sus reservas de oro –supuestamente resguardadas en el Banco de Inglaterra-, y quizá a dejar de obstaculizar la monetización de la plata. No perdamos la esperanza.