La pasada semana el Consejo Mundial del Oro (WGC) publicó que la demanda global de oro durante el tercer trimestre del año, aumentó con fuerza a un total de 1,121 toneladas (t), por tanto, un 8 por ciento más que en el mismo periodo del pasado año. La razón fueron los precios de “oportunidad de compra” que se presentaron.
Para este organismo hubo dos mitades muy bien definidas en cuanto al desempeño de la cotización de la onza de oro. Primero, varios factores como las ventas de los fondos cotizados ayudaron al abaratamiento del metal precioso. Esto se modificó en la segunda mitad del trimestre (agosto y septiembre) en el momento en que los precios empezaron a regresar al alza.
Hay que destacar que la demanda de inversión creció a un ritmo increíble de 27 por ciento. Las compras de barras y monedas destacaron, y sobre todo llamó la atención el apetito de los inversores occidentales. “En los Estados Unidos, la demanda de barras y monedas alcanzó su máximo de cinco años, creció 207 por ciento a 33 t”, indicó el WGC. En Europa también se dieron datos positivos, el crecimiento fue de 35 por ciento.
Mientras en China la demanda de inversión saltó en 70 por ciento, a 52 t. En India por su parte, el aumento del apetito por el oro aumentó 6 por ciento anual a 57 t. Estos países representan cerca del 45 por ciento de la demanda total mundial.
No se quedó atrás la joyería. En este periodo, las ventas crecieron 6 por ciento a tasa anual para alcanzar 632 t. Los consumidores chinos, indios, estadounidenses y de Medio Oriente fueron los más interesados.
Además, los bancos centrales continuaron como compradores netos del rey de los metales, se aproximan a su quinto año consecutivo en esta condición. Las compras del sector oficial ascendieron a 175 t, a punto de alcanzar el récord de hace un año. Se debió especialmente al aumento formal que hizo China de sus reservas áureas, seguro esconden muchas más, pero sigue sin revelarlo.
En cuanto al lado de la oferta, hubo un ligero incremento de 1 por ciento a 1,100 t, a pesar de que el reciclaje y la producción minera (por los bajos precios) disminuyeron 1 y 6 por ciento anual, respectivamente. Esto fue de sobra compensado por las coberturas de los productores.
Estos datos confirman el seguimiento que dimos entre los meses de julio y septiembre donde abordamos la enorme demanda de monedas y la “escasez” de oro evidenciada por la “backwardation” en el mercado. Dicha “escasez” sólo se esfumó en octubre cuando se llegaron a precios máximos de cuatro meses, y volvió este mes con las bajas producidas por la expectativa de que la Fed estadounidense suba las tasas de interés.
Seguro que lo más llamativo del reporte de tendencias de demanda del WGC sea que los inversores occidentales están comenzando a abrir los ojos y a ampliar sus compras de oro.
Es posible que las cotizaciones por onza del metal precioso sigan viéndose presionadas sobre todo si en efecto la Fed realiza el movimiento que los analistas esperan. Si eso ocurre, la oportunidad de compra que se presentará será histórica y de ninguna forma deben desperdiciarse. Manténgase atento.