Con este articulo trato de mostrar los efectos destructivos que están teniendo las políticas de expansión monetaria, expuestas en la NASOE, de la Reserva Federal (Fed) estadounidense, que pasan desapercibidos por los académicos y prensa que apoyan al gobierno y son afines a teorías económicas como el keynesianismo y monetarismo. Esta conducta afectará tanto a México como a todos los países del globo.
Esta última semana se ha celebreado el encuentro de la Nueva Escuela Austríaca de Economía (NASOE) en Londres, Inglaterra, fundada por el profesor Antal Fékete. Acudí personalmente a este evento y éste es el primero de otros temas que allí se trataron y que veremos en siguientes entregas.
Política de compras de deuda adversa
Fékete expuso que a pesar de que se está tratando de impulsar la inflación, la Fed no hace más que crear deflación, la política de compras de deuda gubernamental en el mercado abierto es contraproducente. Pese al tirón que ha tenido el programa de “flexibilización cuantitativa” (QE en inglés), éste no se ha actualizado.
Según comentó Fékete, en 1921 hubo una conspiración entre la Fed y los bancos en la que formalizaron una unión ilegal para iniciar una compra de bonos, puesto que en 1921 hubo un desastroso colapso en el valor de los bonos del Tesoro estadounidense que disparó las tasas de interés y acabó con el capital de los bancos. De esta forma el problema fue “solventado”. A partir de ese momento el crédito de la Fed se crea en función de la deuda del gobierno de EEUU. Sin importar que estuviera prohibida en la Ley de la Reserva Federal original de 1913 ya que es una monetización de la deuda.
Tal y como la ley indicaba, el colateral para los pasivos de los bancos sólo se utilizaba para oro y letras reales, en definitiva, papel comercial de corto plazo generado a partir de producción y distribución doméstica de bienes de consumo. La deuda del Tesoro no era un activo elegible. Si un banco no tenía suficientes valores elegibles, sin contar cuánto papel del gobierno dispusiera, terminaba siendo penalizado de manera progresiva por deficiencia de garantías. Fékete manifiesta que la ley de 1913 de la Fed no era mala, sino que el error estuvo en que la hicieran a su manera los enemigos oficiales del dinero sólido para su propio interés.
Conspiración de la FED
Fékete explica que la confabulación empezó más tarde, en 1914, prácticamente a la par que los doce bancos de la Reserva Federal comenzaban su curso en la banca. Esto lo decidió el presidente Wilson, quien optó por financiar de forma confidencial a la Entente Cordiale. Se realizó de manera confidencial puesto que quebrantaba tanto la Ley de la Reserva federal como la neutralidad americana. El Tesoro fue el responsable de proveer de crédito a la Entente y el que no multó a la Fed por admitir la deuda pública como colateral, lo que evidencia la conspiración. Finalmente “no encontraron” motivos para castigarlos por aceptar sus propios bonos. Ignoraron la ley.
Por 1920 las letras reales se habían desvanecido de la hoja de balance de los bancos de la Fed, ya que los ganadores aliados no consintieron su vuelta, para que así se quedaran sólo los papeles de deuda del gobierno. Esta es una de las razones de que se incriminara y sentenciara el patrón oro clásico como causa de la Gran depresión. A pesar de que los verdaderos responsables fueron la ineptitud, los fallos y la mala fe de la política.
Crédito autoliquidable
La NASOE secunda la Doctrina de las Letras Reales de Adam Smith, que posteriormente fue respaldado por Carl Menger, quien fundó la Escuela Austríaca de Economía. Fékete razona que al ser la demanda de crédtio estacional, las existencias de oro junto con su producción anual son insuficientes para satisfacerla.
Son las letras reales las que proporcionan al sistema ese primordial crédito cíclico. 90 días tiene este papel para su vencimiento, y ser pagadero en moneda de oro, como antes la NASOE ha explicado en su propuesta de las “letras de oro”, imprescindible para renovar un patrón áureo renovado y sostenible. Así sería como se haría un crédito “autoliquidable”, en contra de uno que se autoperpetúa como el que hay actualmente, cuyas bases de papel, fueron establecidas hace 100 años como hemos visto.
Podemos concluir que de 1921 a 1935 la política de operaciones de mercado abierto funcionó de forma ilegal, mientras que una enmienda a la ley de la Fed de 1913, la legalizó de forma retroactiva. Anteriormente en 1933, el gobierno americano expropió el oro de la gente, el dinero constitucional. El gobierno presentó esta enmienda como tan sólo un ligero cambio “insignificante”, un “tecnicismo” vinculado con la práctica de la banca central de introducir o drenar fondos del sistema bancario. Sin mentar la monetización de la deuda que sigue más fuerte que nunca.
Fékete afirma que aunque la forma de creación de dinero “de la nada” de la Fed es sorprendente, hay algo alarmante y transcendental detrás: la política de operaciones de mercado abierto aquí expuesta. Y es que aquella concede a la Fed una potestad ilimitada para disminuir de forma artificial las tasas de interés en todos los vencimientos, mediante la transmisión de la “especulación libre de riesgo” en el mercado de bonos, esto lo explicaremos en la siguiente entrega. Una estructura descendente de la tasa de interés como esta conlleva una destrucción del capital, con esto podemos prever que habrá una nueva Gran Depresión, que dejará como insignificante a la del siglo XX.