Las recientes caídas en los precios del oro y la plata, han bajado hasta niveles que para muchos de sus productores se sitúan por debajo de su costo de producción.
El experto David Morgan, también conocido como el “gurú de la plata”, declaró en una entrevista,
Gracias a un estudio caso por caso, descubrió que el costo total de extracción de la plata, en la mayoría de las compañías mineras, es de al menos 20 dólares por cada onza troy (31.1 gramos). E incluso en algunas de ellas, la cifra es mayor.
Esto quiere decir que, en las cotizaciones que vemos esta semana para el precio de la plata, sobre los 19.60 dólares la onza, podemos adquirir una onza de plata en el mercado abierto más barata que lo que cuesta extraerla de la tierra, pero sin necesidad de comprometerse en una empresa tan arriesgada y complicada.
Es obvio que de continuar la tendencia bajista en estas materias primas, habrá mineras que tendrán que salir del negocio. No por nada las acciones de las mineras han sido castigadas con una severidad incluso mayor que la que han sufrido los metales mismos, y sus precios se encuentran en mínimos.
Estas condiciones implican varias cosas, pero entre las más importantes:
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Se desincentivará la producción y los nuevos emprendimientos que habrían abonado a la nueva oferta disponible del metal.
A diferencia del oro, la plata es además de un metal precioso monetario y con innumerables usos industriales; por tanto, tiende a acabarse. De ahí que los fundamentos para la sólida recuperación de su precio en el mediano y largo plazos, estén más que firme.
Una menor oferta minera implicará necesariamente que tenga que obtenerse más de fuentes alternas como el reciclaje.
Sin embargo, el ser una materia prima que se consume, significa también que las existencias se irán agotando, y para traerlas al mercado, se tendrá que pagar más por ellas. No hay duda que los tenedores, sobre todo del ramo de inversión, no la soltarán como ganga.
Se equivocan quienes piensan que en el caso de que la Reserva Federal (FED) comience a recortar y luego detener su inyección masiva de liquidez, el precio de la plata y el oro se eseguirá desplomando por un período prolongado. Bernanke, presidente de la FED, ha condicionado el retiro a que la economía y el mercado de trabajo, consoliden su recuperación, algo que se prevé muy complicado para finales de este año y 2014, pese a las “buenas noticias” de corto alcance que se han publicado los últimos días.
No obstante, incluso si así ocurriera, una recuperación de la actividad industrial también equivaldría a mayor demanda de plata en un ambiente de oferta limitada, que otra vez, beneficiaría su cotización y alzaría el precio de esta commodity.
Pero si en cambio sucede que la economía se desacelera y aproxima a una inminente recesión este o el año siguiente, como lo proyectamos en este espacio, será inevitable que la Fed no solo se olvide de disminuir su impresión monetaria, sino que la expanda todavía más.
La compra masiva de bonos para inyectar liquidez al mercado, en lugar de crear inflación, nos dirige primero hacia una crisis deflacionaria y también al colapso del mercado de futuros de oro y plata (que dejará con las manos vacías a quien no tenga sus metales físicos en la mano.
La “velocidad del dinero” que está en mínimos desde la década de los ’50 y con la baja en los mercados de materias primas, se intentará compensar con más y más rondas de “flexibilización cuantitativa” o QEs que no terminarán hasta que las divisas fíat – con el dólar a la cabeza, sean destruidas en una espiral inflacionaria sin control.
Por tanto, bien si vemos la recuperación económica de EEUU o de nueva una recesión, el desempeño de largo plazo de los metales preciosos monetarios, oro y plata, será muy superior al de cualquier otro instrumento financiero. No es ocioso señalar que el primero está 35% por debajo de su máximo histórico, y que la segunda casi 60% abajo.
Esta inversión se vuelve más atractiva, y explica por qué en países como México, la demanda de onzas de plata se ha disparado. Parece que pese a los discursos anti metales preciosos que se escuchan por doquier, la sabiduría popular sigue llevando a mucha gente por el camino correcto de la prevención, el ahorro y la protección financiera. El tiempo, les dará la razón.