El reto para el Banco del Bienestar será justificar dicha rentabilidad de sus sucursales, de lo contrario el ‘sobrecosto’ pasará directo al Gobierno Federal.
Se cumple un año de que el presidente López Obrador haya firmado el decreto para impulsar al Sistema Financiero mexicano, cuyo punto medular busca alcanzar la inclusión financiera de hasta 30 millones de personas a través del acceso a cuentas de ahorro y bancarias. De lograr este objetivo, es decir, incorporar a 15 millones de clientes, se lograría alcanzar la cobertura de personas provenientes de zonas rurales y áreas semiurbanas.
Para lograr una mayor dispersión de los programas sociales, el pasado lunes 6 de enero, AMLO explicó, durante la conferencia mañanera, su intención de construir en los próximos dos años un total de 2,700 sucursales bancarias del Banco de Bienestar.
Por su parte, Altan Redes, empresa responsable de operar y desplegar la red compartida con tecnología 4G-LTE Advanced, dio a conocer que cumplió con la cobertura poblacional de 50.18% durante el plazo de 30 días que fue establecido por el Gobierno Federal. Así se alcanzó a un total de 56.3 millones de habitantes, de los cuales 10.5 millones están ubicados en poblaciones con menos de 10,000 habitantes.
Para la banca comercial, la decisión de extender su red de sucursales implica una tarea quirúrgica; ya que ésta gira en torno al nivel de transaccionalidad (nivel de operaciones con dinero) que de superar los costos operativos. De tal forma, los mismos usuarios serán los generadores de la rentabilidad que mantiene con vida a una sucursal. Así, el reto para el Banco del Bienestar será justificar dicha rentabilidad de sus sucursales, de lo contrario el ‘sobrecosto’ pasará directo al Gobierno Federal. Para ello será necesario contar con un presupuesto de más de 10,000 millones de pesos, sólo para la construcción de las sucursales.
El presidente Obrador cuenta con herramientas a su disposición con las que podrá:
1.- Dispersar los recursos de los programas sociales.
2.- Ahorrar parte del presupuesto de la construcción de estas sucursales.
3.- No deteriorar el balance federal.
Por fortuna, México cuenta con la Ley Fintech del 2018, que forma parte de la transformación Digital Global, cuyo objeto es democratizar el capital y distribuir la riqueza, buscando la inclusión financiera. Una ley que se apega a los ideales del gobierno actual y que contempla, entre otras cosas, el fondeo del pago electrónico; es decir, efectuar pagos, compras y envíos de dinero de forma digital mediante teléfonos móviles.
Por lo anterior, la conectividad alcanzada por Altan y el ecosistema Fintech, aunado a la comunicación constante entre Rabindranath Salazar (quien preside el Banco del Bienestar), Adalberto Palma, Alfonso Romo y Arturo Herrera, puede ser la clave del éxito para afinar la estrategia de ahorro. Las cartas están sobre la mesa: impulsar la economía mediante el gasto federal y apostar por una nueva industria que impulsará al emprendedor mexicano.