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La actividad económica está experimentando una desaceleración más pronunciada de lo esperado, ante este escenario, ¿cuáles son las perspectivas financieras para el próximo año?



Con una inflación más alta que la registrada en varias décadas probablemente las perspectivas financieras no sean las mejores. Agreguemos factores como la crisis del costo de vida, el endurecimiento de las condiciones financieras en la mayoría de las regiones, la invasión rusa de Ucrania y la persistente pandemia de COVID-19. 

Quizás el panorama pueda sonar un tanto desalentador pero recordemos que ante una crisis también pueden surgir oportunidades de inversión. 

Renta fija: la opción más atractiva


A medida que los rendimientos de los bonos se reajustan a niveles más altos, la inflación alcanza su punto máximo y los bancos centrales detienen las subidas de las tasas de interés. Las estrategias que incluyen bonos de gobierno y las divisas más fuertes como el dólar estadounidense parecen particularmente interesantes.

Los mercados de valores siguen siendo volátiles


Ante una perspectiva de incertidumbre, resultado de un débil entorno macroeconómico, nos encontramos con un claro estado de retroceso. Las inversiones de renta variable no parecen ser tan atractivas en momentos donde se tienen demasiados factores en contra y diversificar es la mejor opción, aunque hay que ser muy cuidadosos con lo que elegimos.

El USD se mantiene fuerte


El USD debería beneficiarse por la  ventaja del incremento de las tasas de interés durante la mayor parte de 2023, y como resultado, se espera que se mantenga fuerte frente a las monedas de los mercados emergentes.

La inflación alcanza su punto máximo


A medida que la inflación alcanza su punto máximo y finalmente comienza a disminuir, es probable que los bancos centrales dejen de subir las tasas de interés en el primer trimestre del 2023. Sin embargo, no se espera ninguna reducción, lo que se traduce en que la inflación se mantendrá encima de los objetivos del banco central.

A pesar de que se prevé que el crecimiento mundial se desacelere del 3,2 % en 2022 al 2,7 % en 2023, aun así se tiene la confianza de que los mercados logren recuperarse o que surjan nuevas oportunidades de inversión que ayuden a mitigar los efectos inflacionarios. La clave estaría en crear una estrategia donde se busque diversificar incluyendo los instrumentos que aporten mayor seguridad.
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