Como supongo que sabrán, el Banco Central Europeo (BCE), hace aproximadamente un mes comenzó con su plan de compra de deuda pública en la zona europea. ¿Su intención? Estabilizar la inflación hasta un 2%, incrementando la liquidez y con ello provocando un aumento en los precios y por tanto en la inflación. Tanto el BCE como los Bancos Centrales de los países europeos participan en el programa.
Pues bien, los excesos monetarios consecuencia de dicho plan han podido ser la razón de la última decisión del gobierno mexicano. Y es que México ha emitido bonos a 100 años por 1,500 millones de euros. Esta ha sido su primera colocación en el mercado internacional del euro a ese plazo.
¿Su objetivo? Cubrir sus necesidades de financiación externa a un costo bajo. Además les permite extender, así como diversificar la base de inversionistas. Según Marik Narain, estratega de UBS,
El 75% de la deuda externa de los mercados emergentes está emitida en dólares. Una diversificación nos llevaría a disminuir la sensibilidad de los mercados a la fuerza del dólar.
Estos bonos centenarios, con vencimiento en marzo del año 2115, pagarán un cupón del 4,00% anual. Así mismo, los inversionistas recibirán un rendimiento del 4,20% a su vencimiento. Dicho porcentaje supone para el gobierno federal el financiamiento de menor costo en sus cuatro emisiones a dicho plazo.
Los bonos cuentan también con las nuevas cláusulas introducidas por el gobierno en sus contratos de deuda externa en noviembre de 2014: Acción Colectiva y Pari Passu. Dicha emisión ha sido respaldada por los inversores, cuya demanda ha sido de 6,343 millones de euros (6,850 millones de dólares) lo que supone 4,2 veces el monto emitido.