Banxico: las presiones no cesan
El tipo de cambio volvió a acercarse a los 15.10 pesos por dólar y las tasas de interés de largo plazo acumulan un repunte de cerca de 60 puntos base desde el cierre de enero.
México tiene un nivel aceptable de reservas internacionales, un déficit por cuenta corriente manejable y un flujo de recursos que no le hace depender del financiamiento global. Por tanto sigue habiendo cierta solidez.
No obstante, hay que tener presente la inestabilidad en los mercados globales y que en términos relativos los activos mejicanos no consiguen diferenciarse del resto.
Tanto inversionistas como gobernantes, están expectantes sobre la posible aversión al riesgo en un futuro. Esta incertidumbre podría estar causada por los siguientes elementos:
1. El precio del crudo se mantiene a niveles bajos, y a pesar de su reciente estabilidad, las expectativas no consideran que se recupere. Los productores están asumiendo la mala noticia de que la oferta excede a la demanda.
2. La Reserva Federal sigue manteniendo la idea de subir la tasa de referencia de Estados Unidos. Esta subida de tasas de interés apretaría las condiciones de muchos mercados emergentes, que ya tienen problemas para financiarse, y que intentan desarrollarse en un crecimiento adverso.
3. La situación en Brasil. Se está intentando corregir las finanzas públicas y ajustar la economía. Así, el banco central ha decidido no inyectar más dólares al mercado cambiario, lo que conllevará a una etapa recesiva y una devaluación mayor del Real.
4. La temporalidad del respiro de Grecia. Podría haber de nuevo una especulación sobre incumplimiento.
5. La economía de China sigue ralentizándose.
Todos estos factores podrían generar una volatilidad excesiva del tipo de cambio. Las autoridades de México han intentado generar estabilidad recortando el gasto e iniciando un mecanismo de venta de dólares desde diciembre. Sin embargo, parece que esto no es suficiente...