A partir de la evolución de los pronósticos del Producto Interno Bruto (PIB) para el cierre de 2024 (en línea con el desempeño de la actividad económica a lo largo de la primera mitad del año), los cuales se han ido ajustando a la baja (pasando de promedios de 2.5% a 2%) y de los datos inflacionarios correspondientes a junio (4.98% anual, el más elevado desde julio de 2023), se ha consolidado un sentimiento generalizado entre los analistas de un porvenir retador para la economía mexicana, el cual se caracterizaría, principalmente, por un crecimiento lento (o en el peor de los casos, decrecimiento); no obstante, ya hay quienes han comenzado a plantear un escenario estanflacionario.
Partiendo desde 1994 (Gráfica 1), los datos históricos nos muestran que, a diferencia de los años no electorales, cuando la economía, medida por el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), suele mostrar un comportamiento «lineal» a lo largo de éstos; mostrando un crecimiento mesurado en el primer semestre (0.00% M/M y 1.67% A/A)para continuar con uno más sostenido en el segundo (0.33% M/M y 1.69% A/A), ha tendido a mostrar un comportamiento divergente a lo largo de éstos; con avances en la primera mitad (0.38% M/M y 4.20% A/A) y con ralentizaciones en la segunda (0.02% M/M y 3.73% A/A).
Partiendo desde 1994 (Gráfica 1), los datos históricos nos muestran que, a diferencia de los años no electorales, cuando la economía, medida por el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), suele mostrar un comportamiento «lineal» a lo largo de éstos; mostrando un crecimiento mesurado en el primer semestre (0.00% M/M y 1.67% A/A)para continuar con uno más sostenido en el segundo (0.33% M/M y 1.69% A/A), ha tendido a mostrar un comportamiento divergente a lo largo de éstos; con avances en la primera mitad (0.38% M/M y 4.20% A/A) y con ralentizaciones en la segunda (0.02% M/M y 3.73% A/A).
Desagregando el indicador, es notorio un «efecto espejo», destacando particularmente, por sector, las actividades primarias, mientras que, por subsector, de las actividades secundarias; la construcción, y, de las actividades terciarias; las actividades legislativas, gubernamentales, de impartición de justicia y de organismos internacionales y extraterritoriales, y, la información en medios masivos.
Realizando el mismo análisis, pero con las periodicidades de las elecciones en Estados Unidos de América, los datos difieren mucho, mostrando «linealidad» en ambas casi todas las bases comparativas e incluso suele tener un comportamiento mejor en las épocas de comicios que cuando no lo son (Gráfica 2).
Por ejemplo, considerando exclusivamente los años electorales, la primera mitad suele ser de contracción (-0.01% M/M y 1.41% A/A), en tanto, la segunda suele ser de crecimiento (0.34% M/M y 2.12% A/A). Ahora, tomando en cuenta los años sin comicios, hay diferencias, el primer semestre refleja un desempeño mesurado en la lectura mensual, pero más alta en la lectura anual (0.10% M/M y 2.30% A/A), en contraste con el segundo (0.26% M/M y 2% A/A).
Adentrándonos al indicador, por nivel de expansión y sector, se posiciona el secundario, y, por subsector, de las actividades secundarias; construcción, y, de las terciarias; los servicios de esparcimiento culturales y deportivos, y otros servicios recreativos, los servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas e Información en medios masivos.
Pese a que el país se caracterizó por registrar episodios inflacionarios de doble dígito en el último quinquenio de los años 90’s, considerando mínimo dos trimestres consecutivos de decrecimiento económico o estancamiento con aceleración inflacionaria, se presentaron dos fenómenos estanflacionarios durante 1995, en el cual, para el periodo completo, la inflación general promedió 34.77% y el Producto Interno Bruto (PIB), -5.87%.
Ya entrados en el siglo XXI, por periodos, se ha registrado estanflación en 3 ocasiones; el primer semestre de 2002, con una inflación promedio de 4.76% y un decrecimiento económico de -1.52%; el segundo y tercer trimestre de 2020, con una inflación promedio de -3.33% y un decrecimiento económico de -14.30%, y, el cuarto trimestre de 2020 y el primer trimestre de 2021, con una inflación promedio de 3.75% y un decrecimiento económico de -2.54% (Gráfica 3).
Por otro lado, resulta importante hacer énfasis que los indicios de enfriamiento en el dinamismo económico son esperables dados los efectos de la política monetaria restrictiva.
Ya veremos, pero en ocasiones, las malas noticias no son tan malas. Relea el párrafo anterior.