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¿Una y contando?

Estoy seguro en que la vigésimo tercera semana bursátil del año le hizo revivir agridulces recuerdos a todo aquel que participa en el mercado financiero mexicano.

El S&P/BMV IPC, luego de registrar el lunes su caída intradía más profunda desde el 9 de marzo de 2020, del orden de -6.11%, cerró la sesión semanal con un ajuste de -3.99%, la peor desde diciembre de 2022. El par USDMXN tuvo su mayor depreciación semanal desde marzo de 2020, de 8.18%, pasando de 16.96 unidades a 18.35. ¿Las causas? Principalmente, factores internos, particularmente, de corte político.

A esto, ¿qué nos depararía el corto y mediano plazo a nivel bursátil y cambiario?

Comencemos recordando 2 aspectos que caracterizan al mercado: la irracionalidad y el contrapeso. Hablando del primero, del mismo modo que el consumidor podría tomar decisiones irracionales que parten de la emoción para realizar sus compras, los inversionistas, en colectividad, abren o cierran posiciones bajo la misma lógica, influenciados, ambos, tanto por eventos como noticias, pero sobreponderando en todo momento sus sentimientos. En lo que concierne al segundo, si bien hay sus excepciones (China, por ejemplo), tradicionalmente, a los inversionistas les disgusta que el poder económico y político esté concentrado, aunado a que se carezca de claridad en cuanto a la normatividad y que haya vulneraciones al estado de derecho.


Dicho lo anterior y ya entrando en materia, en lo que respecta al mercado de capitales, hay que puntualizar que, si bien la pizarra se pintó de rojo, hay de rojos a rojos.

La mayoría de las acciones que registraron las caídas más estrepitosas y que, a su vez, ostentaron en la última sesión bursátil semanal los márgenes de recuperación más amplios, pertenecen a compañías cuyo objeto social es dependiente de una concesión o bien, está sujeto a posibles cambios en su regulación, me refiero específicamente a las industrias financiera, minera y aeroportuaria. Por su parte, las acciones que mostraron mayor resiliencia les pertenecen a empresas «defensivas», concretamente, al sector de consumo básico (Tabla 1).


No obstante lo anterior, el grado de relación lineal de la muestra con respecto al referencial difiere de forma considerable con las conjeturas expuestas anteriormente.

Considerando las acciones con mayor correlación respecto al S&P/BMV IPC (mayor a 0.90 puntos), sólo 4 figuraron en la lista del top 10 los ajustes más grandes (GENTERA*, LABB, BBAJIOO y ORBIA*), en tanto, únicamente 1 en la lista del top 10 de las acciones con los mayores márgenes de recuperación (CHDRAUIB). A razón de ello, resulta de gran apoyo revisar el momentum de las 35 acciones, enfocándonos en aquellas que tienen el grado de relación lineal más alta, con el objeto de dilucidar cuál podría ser la tendencia de la Bolsa, y, por ejemplo, al cierre de la semana anterior, el sentimiento general se inclinó hacia la venta fuerte (Tabla 2).


Una de las preguntas que más resuena sobre la mesa es si el peso mexicano volverá a recuperar el terreno ganado en los últimos 4 años frente al dólar estadounidense; el cual, consistió en una apreciación acumulada desde el punto más alto, MXN$ 25.35, el 23 de marzo de 2020, al punto más bajo, MXN$ 16.31, el 8 de abril de 2024, de 35.65%.

Retomando lo dicho en el cuarto párrafo, dada la tónica política (con tintes antimercado) que ha emprendido el gobierno electo, pero principalmente, el actual, no debe descartarse un porvenir sumamente volátil en el mercado cambiario. En ese sentido, en un escenario hipotético en el corto plazo en donde se dé un discurso o se emprendan acciones que representen una amenaza para el andamiaje empresarial, fácilmente, el par USDMXN podría romper la actual banda de resistencias de MXN$ 18.30 – MXN$ 18.50 y escalar hacia la siguiente banda que se ubica entre MXN$ 19.00 – MXN$ 19.20. Por el contrario, suponiendo un ambiente más mesurado, es posible que converja al piso de MXN$ 17.90 – MXN$ 18.00 (Gráfica 1).

Un punto que debe mencionarse es que, si bien la depreciación del peso mexicano se vio influenciada por factores tangibles (políticos y de mercado), lo cierto es que, desde julio de 2023, las velas mensuales han estado mostrando una divergencia con el oscilador técnico MACD y el Índice de Fuerza Relativa (RSI, por sus siglas en inglés), misma que se agudizó en abril de 2024, por lo que, en términos técnicos, ya se avizoraba un revés. Ahora bien, un dato que resulta un tanto abrumador es que tanto el oscilador técnico MACD como el RSI no se situaban de manera simultánea en zona de sobreventa desde agosto de 2008, mes en el que el par USDMXN emprendió una depreciación que se extendió hasta marzo de 2009, finalizando en -58.32%.

Otro insight que es necesario puntualizar es que por 4 semanas consecutivas hilaron al alza las apuestas en favor de nuestra moneda, esta vez incrementándose 3.14%, para totalizar 124,700 contratos (3,800 más que la semana previa) de MXN$ 500M cada uno.

En conclusión, la emoción está moviendo el mercado financiero local, siendo lo más prudente en estos casos priorizar la paciencia, pero sobre todo la atención a las señales que perfilen un panorama más transparente.

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