Todo inicio viene acompañado de emoción, a la vez que, de escepticismo, pues, así como se espera que se materialicen exitosamente los objetivos planteados, siempre existirá la posibilidad que no se concreten tal como se idealizaban.
Este sentir se está viviendo en México con el nearshoring, y no sólo desde el aspecto emocional, sino también desde el social.
De unos meses para acá se ha enaltecido el debate sobre si verdaderamente los efectos del proceso de relocalización ya se están reflejando sobre los indicadores económicos, al tiempo (de ser cierto), su durabilidad y magnitud.
Más allá de involucrarme en el mencionado debate, contrastemos una serie de cifras y datos clave que, desde una perspectiva subjetiva, exponen el ímpetu actual de la economía mexicana.
Si bien es cierto que, al 1S23, los flujos de captación por concepto de Inversión Extranjera Directa (IED) decrecieron -6.45% con respecto a los registrados un año antes, para quedar en US$ 29.04B, y que menos del 10% ha correspondido al rubro de nuevas inversiones, la reinversión de utilidades registró su segundo crecimiento relativo interanual más álgido para un mismo periodo desde el 2011, de 57.08%, y, en términos absolutos, un récord de US$ 22.60B, dejando al descubierto la priorización y el robustecimiento del capital para incentivar la actividad productiva sobre el reparto de dividendos entre los inversionistas extranjeros (Gráfica 1).
Durante el 2T23, la Oferta y Demanda Global Trimestral incrementó trimestralmente 1.35%, que, en términos interanuales sería 4.71%. Por el lado de la oferta, el Producto Interno Bruto (PIB) registró un crecimiento trimestral del orden de 0.84%, significando un avance anual de 3.56%, en tanto, las importaciones de bienes y servicios registraron un alza trimestral de 2.15%, traduciéndose en un crecimiento anual de 7.35%. Por el lado de la demanda, mientras que el consumo privado y público se aceleraron trimestralmente en 1.01% y 0.88%, a correspondencia, y, anualmente, en 4.28% y 1.40%, respectivamente, la Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF) tuvo un alza trimestral de 6.48%, para registrar una tasa de crecimiento interanual de 20.67%.
Ahora bien, comparando la expansión de la FBCF alcanzada al corte del primer semestre en los últimos 30 años, tanto a nivel trimestral como anual, en 2023 está registrando los avances más significativos, de 6.37% y 17.86%, a correspondencia (Gráfica 2).
Si bien es cierto que, al 1S23, los flujos de captación por concepto de Inversión Extranjera Directa (IED) decrecieron -6.45% con respecto a los registrados un año antes, para quedar en US$ 29.04B, y que menos del 10% ha correspondido al rubro de nuevas inversiones, la reinversión de utilidades registró su segundo crecimiento relativo interanual más álgido para un mismo periodo desde el 2011, de 57.08%, y, en términos absolutos, un récord de US$ 22.60B, dejando al descubierto la priorización y el robustecimiento del capital para incentivar la actividad productiva sobre el reparto de dividendos entre los inversionistas extranjeros (Gráfica 1).
Durante el 2T23, la Oferta y Demanda Global Trimestral incrementó trimestralmente 1.35%, que, en términos interanuales sería 4.71%. Por el lado de la oferta, el Producto Interno Bruto (PIB) registró un crecimiento trimestral del orden de 0.84%, significando un avance anual de 3.56%, en tanto, las importaciones de bienes y servicios registraron un alza trimestral de 2.15%, traduciéndose en un crecimiento anual de 7.35%. Por el lado de la demanda, mientras que el consumo privado y público se aceleraron trimestralmente en 1.01% y 0.88%, a correspondencia, y, anualmente, en 4.28% y 1.40%, respectivamente, la Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF) tuvo un alza trimestral de 6.48%, para registrar una tasa de crecimiento interanual de 20.67%.
Ahora bien, comparando la expansión de la FBCF alcanzada al corte del primer semestre en los últimos 30 años, tanto a nivel trimestral como anual, en 2023 está registrando los avances más significativos, de 6.37% y 17.86%, a correspondencia (Gráfica 2).
Asimismo, y bajo la misma base de comparación, la inversión privada apunta su mayor tasa de avance trimestral (6.70%) y la mejor desde 1998 en términos anuales (18.04%).
En línea con las cifras de la IED, es evidente que impera un fuerte apetito e interés por la generación de proyectos productivos.
Por tercera vez consecutiva, de cumplirse las estimaciones de crecimiento económico medidas por el PIB del Fondo Monetario Internacional (FMI), México, en términos relativos, crecería por encima de Estados Unidos de América; 2.60% contra 1.80% (Gráfica 3).
Por tercera vez consecutiva, de cumplirse las estimaciones de crecimiento económico medidas por el PIB del Fondo Monetario Internacional (FMI), México, en términos relativos, crecería por encima de Estados Unidos de América; 2.60% contra 1.80% (Gráfica 3).
Si bien una parte de este comportamiento se explica por los efectos estadísticos a razón del declive registrado en 2020, hablando de los factores internos, la resiliencia del consumo y el ya mencionado impulso a la actividad industrial son clave, en tanto, de los factores externos, el aún no finalizado ciclo de restricción monetaria en Estados Unidos de América.
No obstante lo anterior, considerando que este último dato se basa exclusivamente en pronósticos, la actual situación sindical por la que atraviesa el sector automovilístico en la Unión Americana, junto con la elevación de los precios del petróleo, podrían generar presiones en ambas economías, pero particularmente en la mexicana, dado nuestro posicionamiento en materia de exportación automotriz.
Indudablemente, nos encontramos viviendo un momento sinigual en México, el cual de ninguna forma podría supervalorarse, pero tampoco desestimarse.
¿Se avecina un nuevo momento mexicano?