Cuando me encontraba tomando mis primeras lecciones de análisis técnico, además de aprender a leer los diferentes tipos de gráficas y las herramientas básicas, una de las premisas que marcaron, por mucho, mi proceso de aprendizaje fue la siguiente: “less is more”.
Si bien esta premisa puede aplicarse hacia prácticamente cualquier cosa, no es un secreto que muchos analistas técnicos suelen sobresaturar las gráficas, idealizando que cuán más indicadores u osciladores utilicen, tendrán una mayor precisión para detectar posibles zonas de entrada o salida al momento de operar en los mercados financieros.
La realidad es que un gráfico sobrecargado, en la mayoría de los casos, podría inducir a una conclusión deficiente o errónea, por mucha experiencia que se tenga, pues recordemos que, dadas sus propiedades y características, el análisis técnico es subjetivo.
Dicho esto, el análisis de tipo chartista debe privilegiarse por encima el análisis técnico en estricto sentido, tanto en enfoque de esfuerzos como en el proceso de análisis bursátil, pues éste no sólo nos provee una visión más general del desempeño del activo en cuestión, sino también de sus puntos de quiebre.
Veamos algunos ejemplos.
¿Era posible vislumbrar el último rebote de MSFT? Ningún analista financiero que se respete le respondería afirmativamente esta pregunta, pero sí tal vez que, al revisar el gráfico de la acción de Microsoft Corporation (NASDAQ: MSFT) de los últimos 5 años, había, cuando menos, 3 puntos de inflexión mutuamente no excluyentes que dejaban entrever una posible oportunidad de compra a finales de 2022 (Gráfica 1).
¿Era posible vislumbrar el último rebote de MSFT? Ningún analista financiero que se respete le respondería afirmativamente esta pregunta, pero sí tal vez que, al revisar el gráfico de la acción de Microsoft Corporation (NASDAQ: MSFT) de los últimos 5 años, había, cuando menos, 3 puntos de inflexión mutuamente no excluyentes que dejaban entrever una posible oportunidad de compra a finales de 2022 (Gráfica 1).
El primero de ellos es una línea de tendencia alcista cuyo origen se remonta hacia diciembre de 2018 (línea verde) y que continúa vigente al 5 de mayo de 2023. Podemos ver que, durante todo este quinquenio, el precio la ha respetado fervientemente, sirviéndola ésta como punto de continuación de tendencia en 4 ocasiones clave: el culmino del ajuste de 2018 (número 1); el mínimo de la crisis del COVID-19 en 2020 (número 2); el mínimo del bear market de 2022 (número 3), y, en línea con la anterior, el pullback que terminó por confirmar el culmino del mercado bajista (número 4).
El segundo y que complementa al primero, la banda de soportes que se ubica en el rango de US$ 215 – US$ 220 (rectángulo verde), tocándola dos veces, en el mínimo (número 3) y en el pullback (número 4), que, entre septiembre de 2020 y enero de 2021, fungió como el rango de resistencia predominante.
Y, el tercero y último, el canal de precios bajista (líneas paralelas rojas), el cual rompió durante el pullback (número 4).
Hacia delante, el precio se enfrentará a otros 3 puntos clave. El rango de resistencias de US$ 300 – US$ 305 (rectángulo azul), mismo que ya superó. Una resistencia en el nivel de US$ 317 (línea roja). Y, el máximo histórico de US$ 342.54 (línea azul), que, considerándolo, el margen de retorno actual quedaría en poco más de 10%.
Ciertamente, la acción de ExxonMobil Corporation (NYSE: XOM) prosigue en una tendencia alcista, que se explica por su permanencia dentro del canal de precios alcista (líneas paralelas verdes). Sin embargo, desde finales de diciembre de 2022 (número 1), el techo de dicho canal se ha ido aplanando (línea roja), y, dentro de ese inter, se han marcado dos puntos relevantes, un nuevo máximo histórico en US$ 119.17 (número 2) y la formación de un doble techo (número 3) al tocar por segunda ocasión dicho máximo histórico, consolidándose como una resistencia (Gráfica 2).
Ciertamente, la acción de ExxonMobil Corporation (NYSE: XOM) prosigue en una tendencia alcista, que se explica por su permanencia dentro del canal de precios alcista (líneas paralelas verdes). Sin embargo, desde finales de diciembre de 2022 (número 1), el techo de dicho canal se ha ido aplanando (línea roja), y, dentro de ese inter, se han marcado dos puntos relevantes, un nuevo máximo histórico en US$ 119.17 (número 2) y la formación de un doble techo (número 3) al tocar por segunda ocasión dicho máximo histórico, consolidándose como una resistencia (Gráfica 2).
Al 5 de mayo de 2023, el precio está tocando 2 puntos de inflexión, el piso del canal y el rango de soportes de US$ 100 – US$ 105, por lo que no podría descartarse un rebote, a partir del cual y considerando lo mencionado anteriormente, es posible que la acción comience a formar una tendencia lateral.
La acción de Netflix, Inc (NASDAQ: NFLX) se encuentra en una fase de recuperación desde principios del 2T22, luego de haber registrado una minusvalía de -75.95%. No obstante, el impulso se ha ido ralentizado en los últimos 3 meses, pero parece haber consolidado la formación de lo que se asemejaría a un triángulo simétrico (representado del número 1 al número 4).
La acción de Netflix, Inc (NASDAQ: NFLX) se encuentra en una fase de recuperación desde principios del 2T22, luego de haber registrado una minusvalía de -75.95%. No obstante, el impulso se ha ido ralentizado en los últimos 3 meses, pero parece haber consolidado la formación de lo que se asemejaría a un triángulo simétrico (representado del número 1 al número 4).
De ser así, se esperaría, primeramente, que el precio no rebasase el nivel de US$ 300, ocupándolo como un punto de rebote para converger hacia el rango de resistencias de US$ 330 – US$ 340, donde también cruza el techo del triángulo simétrico, que, de materializarse este último, lo rompería al alza, dándole continuidad a la tendencia alcista (Gráfica 3).
Para concluir, no está de más recordar una vez más la subjetividad del análisis técnico, al tiempo que, los patrones, como pueden responder a externalidades de mercado, pueden no hacerlo, por lo que es importante darle un seguimiento permanente no sólo al mercado, sino también a nuestros gráficos, haciendo los ajustes pertinentes cuantas veces lo consideremos necesario, logrando así una mejor gestión de nuestras inversiones.