El 2021 es un año como ningún otro. No sólo fue el segundo año consecutivo (ojalá el último) de la pandemia de COVID-19, sino también el inicio de la tercera década del siglo XXI, si bien inhóspito, pero que, como pocos, marca un antes y un después en la historia moderna.
Hace apenas 2 o 3 años (si me está leyendo en 2022) era algo remoto imaginar que en menos de 24 meses atestiguaríamos el auge del home office o la aceleración del e-commerce, o que los mercados de capitales experimentarían una recuperación veloz y una revalorización consistente tras una de las peores recesiones económicas, al mismo tiempo que los bancos centrales lucharían a capa y espada contra un incesante aumento de la inflación.
El año veinte veintiuno nos deja un sinfín de vivencias y lecciones, y, en materia económica – financiera, como ningún otro. Vivencias como, la poca o mejor dicho nula aversión al riesgo que llevó a que el short squeeze de las acciones de la minorista de videojuegos GameStop (NYSE: GME) pasaran de cotizar US$ 18.84 al cierre de diciembre de 2020 a US$ 483 hacia finales de enero, significando una revalorización del orden de 2,463.69%, o la consolidación del arte digital y con ello, la comercialización del primer token no fungible (NFT, por sus siglas en inglés) en una casa de subastas, que, junto con la digitalización dineraria (me refiero a los CBDC) y la aceptación de las monedas virtuales como medio de cambio en algunos lares del mundo, representan de una u otra manera, un nuevo paradigma en el ecosistema monetario internacional.
Lecciones vastas como, la implementación de políticas medioambientales en las principales economías del mundo, como la Build Back Better Act americana o el Pacto Verde europeo, cuyos propósitos coinciden en alcanzar la neutralidad climática en las próximas décadas, transformando desde ya a la industria, como la automotriz o la minera, sólo por mencionar dos que destacaron durante los últimos 12 meses. También la preferencia por los SPACs como vehículo de inversión para levantar capital por encima de las OPIs tradicionales, logrando colocarse 562 entre enero de 2020 y noviembre de 2021, cifra que supera a las 373 OPIs registradas en ese mismo periodo. O, los graves problemas que origina en los precios una cadena de suministro ineficiente.
Lecciones vastas como, la implementación de políticas medioambientales en las principales economías del mundo, como la Build Back Better Act americana o el Pacto Verde europeo, cuyos propósitos coinciden en alcanzar la neutralidad climática en las próximas décadas, transformando desde ya a la industria, como la automotriz o la minera, sólo por mencionar dos que destacaron durante los últimos 12 meses. También la preferencia por los SPACs como vehículo de inversión para levantar capital por encima de las OPIs tradicionales, logrando colocarse 562 entre enero de 2020 y noviembre de 2021, cifra que supera a las 373 OPIs registradas en ese mismo periodo. O, los graves problemas que origina en los precios una cadena de suministro ineficiente.
Terminamos 2021, pero iniciamos los años veinte con una nueva visión y, por ende, una nueva normalidad, de la cual dependerá de nosotros sacarle el máximo provecho.
Antes de concluir, quiero externarle mi más sincera gratitud a usted, estimado lector, por su tiempo y confianza dedicados al Blog Sobre la Mesa, así como a Rankia México, por brindarme este año la oportunidad de ser un bloguero más de esta maravillosa comunidad financiera.
Le deseo un muy feliz y próspero año nuevo.