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¿Qué es el Síndrome de burnout o de desgaste profesional?

¿Qué es el Síndrome de burnout o de desgaste profesional?

Lo primero que hay que aclarar es que no se trata de una enfermedad y por ello está dentro del catálogo de enfermedades de riesgos laborales, sin embargo, sí es el detonante de problemas de salud emocionales y físicos que si pueden ser graves. Al Síndrome de burnout también se le conoce como “síndrome de desgaste profesional” y se trata de un estado de agotamiento mental, emocional y físico que es el resultado de las exigencias, estrés crónico o de la insatisfacción laboral.

 


¿Qué pasa cuando alguien presenta el síndrome de desgaste profesional?

Puede presentar lo siguiente:
  • Agotamiento a diario.
  • Actitud cínica.
  • Desmotivación.
  • Insatisfacción laboral.
  • Irritabilidad.
  • Tensión emocional.
  • Indiferencia.
  • Manifestar poco contacto social.
  • Pérdida de confianza en el trabajo.
  • Sensación de improductividad.
 
En lo físico puede presentar:
  • Dolor de cabeza.
  • Dolor de espalda.
  • Náuseas.
  • Dificultades para dormir.
  • Tensión en los músculos.
  • Cansancio.
 
Los síntomas pueden confundirse con otros padecimientos, por ello es importante acudir con un psicólogo para que haga una valoración adecuada.  

 

En la mayoría de los casos, el Síndrome de Burnout está asociado a situaciones laborales, por ejemplo:
  • Encargos y/o actividades extra laborales exigentes.
  • En personas que son muy perfeccionistas.
  • Estilo de vida laboral estresante. 
 

¿A quiénes afecta más este síndrome?

Suele afectar más a personas con empleos estresantes desde el punto de vista físico y emocional, por ejemplo:
  • Médicos.
  • Enfermeras/os.
  • Policías.
  • Asistentes empresariales o de funcionarios públicos.
  • Etcétera.
 
 
Este síndrome no aparece en poco tiempo, lo que se sabe es que desarrolla durante un periodo de tiempo largo, de modo que si alguien va acrecentando sus niveles de estrés es importante reaccionar en esos momentos y comenzar a hacer algo para bajarlo o controlarlo, por ejemplo, determinar límites en el trabajo, comer a sus horas, hacer ejercicio. Estos procesos no deben abandonarse, tienen que ser continuos para prevenir este síndrome con el paso del tiempo.




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