Desde hace años los temas de liderazgo, gestión empresarial y diferentes tipos de coaching están en boga, justamente para generar cambios positivos en la gestión de recursos humanos dentro pero también fuera de las empresas, ¿con qué fin? pues el objetivo es lograr una armonía entre la vida personal y la vida laboral.
El equilibrio entre las cuestiones laborales y el trabajo es algo que muchos ven aún como una moda o una especie de capricho, aún no entienden que esto es rentable en muchos aspectos pues así la gente consigue mejores resultados en su desempeño laboral. Si eres de esos que no lo cree sólo mira las prácticas laborales de Google, revisa los resultados que dan sus equipos de trabajo y mira hasta donde llega e influye en el mundo esta compañía; o ve a empresas como Nestlé en la cual difícilmente alguien renuncia y por lo regular su personal dura años laborando en la empresa.
Hablemos de liderazgo
¿Jefe o líder? ciertamente no son lo mismo, sobre un jefe no hay mucho qué decir: es una autoridad impuesta que usa su jerarquía para mandar en otros, punto. Pero un líder es alguien que al ir gestionando un grupo de trabajo, los influye y motiva para que logren en conjunto metas y objetivos.
Para motivar a su equipo, el líder usa varias herramientas y habilidades encaminadas a hacer sentir a cada miembro de su equipo parte del proyecto, y el uso de estas tienen que ver con su personalidad, de modo que podemos mencionar tres maneras básicas de liderazgo:
Líder delegativo: es alguien que deja que deja que los miembros de su equipo tomen sus propias decisiones. Este tipo de liderazgo no funciona para todos los subordinados, lo ideal es que el equipo de trabajo esté bien capacitado y que tenga un alto nivel de motivación. En este ambiente, el líder funciona como alguien que tendrá baja intervención, nada de autoritarismo y al mismo tiempo que permite la autogestión, solicitará retroalimentación o “feed-back”.
Líder autoritario: ojo, aunque así es la definición eso no quiere decir que un líder de este tipo promueva un ambiente desagradable, más bien no es como el líder que delega, en este caso monopoliza las decisiones y ofrece poca oportunidad de intervención con el resto de miembros del equipo. Sólo él determina los roles, técnicas, métodos de trabajo y las condiciones del mismo. Aunque esto suena casi a cero liderazgo, la clave está en que al mismo tiempo que hace esto, reconoce los logros y los agradece.
Líder democrático: aquí domina el ambiente de la participación, fomenta que todos los miembros del equipo intervengan y que tengan poder de decisión. En este tipo de liderazgo el reparto de trabajo se hace más equitativamente. Un riesgo muy frecuente en esta práctica es que se pierde eficiencia.
¿Cuáles son las características de un buen líder?
- Comunicación e información fluida.
- Empatía, ser capaz de ponerse en el lugar de otro, para ello hay que conocer al personal y eso implica estar cerca de ellos.
- Honesto, íntegro. Busca una relación ganar-ganar con los miembros de su equipo. Cuando las personas son tratadas con honestidad generalmente así se conducen y ofrecen lo mismo.
- Tienen confianza y se la juegan por los demás en el sentido que confían en las capacidades y responsabilidad de su equipo de trabajo.
- Hacen refuerzos positivos hacia su equipo.
- Son una fuente de inspiración, un ejemplo para los demás. Sin duda el ejemplo es el mejor modelo de liderazgo.
- Son prácticos y eficientes, es decir, gestiona los recursos de la empresa optimizarlos al máximo.
- Fomenta el crecimiento de su personal, es decir, no tiene miedo a compartir lo que sabe por miedo a que otro “le quite el puesto”, esto motiva a los demás.
- En un estupendo guía que usa sus conocimientos y experiencia para darle dirección a las capacidades de su equipo.
- Es alguien innovador, actualizado y sin resistencia a los cambios.
Después de haber leído lo anterior ¿te consideras un jefe o un líder? ¿buscarías asesoría para convertirte en un líder?