Como sabemos, actualmente las tasas de interés de largo plazo han subido, es decir que las inversiones a mayor tiempo, en deuda por ejemplo, se pagan mejor; Banco de México (Banxico) recortó la tasa de interés de referencia o sea que el crédito es más económico actualmente; las remesas crecieron 11.4% en 2020 en comparación a 2019, y son actualmente el salvavidas para sostener el gasto las familias mexicanas de menores ingresos porque (de acuerdo al Banxico) significan hasta 40% del ingreso familiar, en pocas palabras esos no dejan de ser datos positivos, pero entonces, ¿qué está pasando y por qué se registra más salida de capitales extranjeros invertidos en bonos de gobierno?
Lo que está sucediendo es algo simple pero importante que ya ha pasado en otros años: inversionistas extranjeros sienten ahora mayor incertidumbre que antes por las decisiones de política pública del gobierno del presidente López Obrador, entonces muchos de ellos están vendiendo los bonos de gobierno que tenían, es decir, están pidiendo la liquidación de sus inversiones, lo cual está generando esta salida de capital de los fondos del gobierno.
Desde inicios de febrero, los fondos de los bancos más importantes en México como BBVA, CitiBanamex, Santander, Scotiabank, HSBC o Bank of America (manejados principalmente por
Black Rock) registraron venta masiva de bonos. De hecho, el mismo Banco de México reconoce que en la primera semana de febrero salieron del país 16 mil millones, la segunda 5 mil millones y la tercera 9 mil, o sea un total de 30 mil millones de pesos que con todo y que sabemos que la deuda de gobierno significa un pago seguro para cualquier inversionista, ellos simplemente sacaron su dinero. ¿Esto podría leerse como una especie de acuerdo para mandar un mensaje al actual gobierno? ¿boicot acaso?
Dejando fuera cualquier sospecha o suspicacia, el dato duro es que en 2020 salieron 300 mil millones de pesos, básicamente porque las expectativas de inversión locales no fueron vistas positivamente. Recordemos que las perspectivas también influyen en cualquier país para la variación del tipo de cambio, es decir, que además de la oferta y demanda del dólar, las perspectivas también determinan (en nuestro caso) el precio del peso en relación al billete verde y si tenemos variaciones externas más incertidumbre interna, lo que obtenemos es un tipo de cambio desfavorable para la economía mexicana.
La conclusión que nos deja todo lo anterior es que los inversionistas sienten desconfianza con todo y que los rendimientos que ofrece el gobierno son realmente atractivos, aun así, mandan el mensaje de que en este momento no quieren dejar su dinero en México porque las cosas cambian casi a cada rato y así muy pocos querrían quedarse.
Por si quedara duda de lo anterior, las mismas cifras oficiales lo reconocen:
- El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó hace unas semanas que la inversión privada en 2020 cayó 19.8%, este desplome es el segundo más importante de nuestra historia reciente, superado sólo por el 38.5% de caída de 1995 como un efecto de la crisis de 1994.
- En 2016 los inversionistas foráneos también vendieron valores gubernamentales, pero en ese entonces fueron 20 mil 612 millones de pesos, esto fue moivado por la turbulencia de los mercados financieros de China, el desplome de los precios del petróleo y el nerviosismo por el Brexit.
- En el primer semestre de 2019, es decir en los primeros meses de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, fueron retirados casi 8 mil 500 millones de dólares que estaban en bonos de gobierno. Esto sucedió por haber detenido el aeropuerto de Texcoco y que proyectos como el tren maya y otros no tenían certeza.
¿Por qué las empresas están invirtiendo menos en México?
Según analistas privados (bancos principalmente), estas son algunas de las razones (y todas se juntaron):
- Incertidumbre en el desarrollo de los negocios.
- Deterioro del clima de negocios a consecuencia de las políticas públicas.
- En 2020 debido a la pandemia, las familias gastaron menos en bienes y servicios (el consumo privado cayó 10.4% a tasa anual, una cifra nunca antes vista).
- En los últimos 17 meses (por pandemia) cerraron más de un millón de negocios entre formales e informales, con el desempleo que ello significa que a su vez se traduce en falta de poder de compra.
El Inegi aseguró que nuestra economía cayó 8.2% en 2020, la peor cifra en casi 100 años, entonces en esas condiciones es complicado que alguien quiera conservar y mucho menos traer su dinero a nuestro país, cuando además del mal clima para hacer negocios, se percibe que el manejo de la pandemia por parte del gobierno ha sido deficiente y “hasta el peor a nivel mundial”; la vacunación va lenta (lo cual impide el retorno de las personas a sus actividades productivas) y demás aquí no hubieron ayudas fiscales para las empresas de ningún nivel (mientras que en América Latina varios gobiernos si diseñaron diversas ayudas para sus empresarios).
Todo en conjunto genera incertidumbre, desconfianza y cero intenciones de invertir y aunque por definición esta salida de inversionistas no puede considerarse fuga de capitales, sí se trata de un mensaje claro de alerta porque cada vez México registra más y más salida de capitales por causas externas que se mezclan con manejos internos percibidos como “equivocados” por parte de la clase empresarial.