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Mientras el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se aferra a su política proteccionista, el presidente de China, Xi Jinping, lanza el proyecto "Un cinturón, una ruta" (One Belt-One Road). Se trata de la red de obras de infraestructura y transporte que conectará por tierra y por mar a China con los países de Asia Central, Medio Oriente, África y Europa (Foncillas. A, 2017).  Este ambicioso proyecto, pretende cubrir 65% de la población mundial, generar un tercio del PIB global y mover la cuarta parte de los bienes que produce el planeta. La legendaria "Ruta de la Seda" fue apenas presentada por el actual presidente de China Xin Jinping durante la celebración de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), en octubre de 2014 y ya se ha convertido en el mayor desafío de la economía mundial, cuyo plan de transporte podrá posicionar a China como hiperpotencia. 

 

 

La Ruta de la Seda actual, surgió con el propósito de revitalizar la antigua Ruta de la Seda, por la cual transitaron durante siglos caravanas que comercializaban productos provenientes de Oriente y de Occidente y que en la actualidad, los camellos han sido reemplazados por trenes de alta velocidad y bienes de última tecnología (Foncillas. A, 2017).  El nombre surge debido a que la seda era la mercancía que más circulaba por la ruta y cuya fabricación era un secreto que solo los Chinos conocían. Estas rutas se extendían desde Chang’an (actualmente Xi’an) en China, Siria, Constantinopla y hasta llegar a Europa. 

La Ruta de la Seda permitió el desarrollo del comercio, el descubrimiento de avances como el hierro fundido y el tejido de seda de Oriente o el vidrio de Occidente, así como también el intercambio cultural (Higueras. G, s.f).  Hoy en día, este proyecto significa una revolución total en las infraestructuras de tránsito de pasajeros, mercancías, hidrocarburos y alta tecnología a lo largo de los países, principalmente de Eurasia (Higueras. G, s.f). Dentro de los objetivos principales de este proyecto se encuentran:

  • Eliminar la desigualdad mediante la inversión en países en vías de desarrollo

  • Reducir la contaminación mediante la cooperación entre países en el sector de energía. 

  • Multipolaridad

  • Poder integral entre países

  • Consumo interno e inversión exterior

  • Entrar al oeste

  • Diversificación 

La ruta de la Seda es sin duda alguna, la solución china para la recuperación económica global y la clave para convertirse en potencia incluso por encima de los Estados Unidos. De hecho, las cifras de esta iniciativa ridiculizan a las del Plan Marshall de Estados Unidos que reconstruyó Europa tras la Segunda Guerra Mundial (Foncillas. A, 2017).

 

"China es, a menudo, la única potencia dispuesta a financiar grandes proyectos en países pobres". XULIO RÍOS Director del Observatorio de la Política China y del Igadi.

 

China ya ha invertido 50 mil millones de dólares desde 2013 y ha apartado 1 billón para los próximos años. Algunas estimaciones hablan de entre 4 y 8 billones (Foncillas. A, 2017). China parece estar logrando sus objetivos y ¿qué país en vías de desarrollo no querría inversiones de infraestructura y transporte?  

 

Referencias: 

Foncillas. A, (2017). La Nueva Ruta de la Seda. Recuperado de: https://www.proceso.com.mx/490482/la-nueva-ruta-la-seda

Higueras. G, (s.f). La Ruta de la Seda siglo XXI. Recuperado de: https://www.politicaexterior.com/articulos/politica-exterior/la-ruta-de-la-seda-del-siglo-xxi/

 

 

 

 

 

 

 

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