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¿Por qué los pobres son pobres?

Muchos repetimos esta pregunta. Yo, por ejemplo, casi siempre después de preguntármelo, continúo con un cuestionamiento todavía más duro: ¿Por qué los pobres toman tan malas decisiones? Y para justificar lo que digo, suelo decir: Miren los datos y verán que los pobres piden más dinero prestado, ahorran menos, hacen menos deporte, fuman más, beben más y comen menos saludable. 

 

En 1978, Margaret Tatcher definió la pobreza en una entrevista como un “defecto de personalidad”. Muchos no estaríamos tan convencidos de esto, pero por la forma en que nos preguntamos por la pobreza,  caemos en la  idea de que hay algo inherentemente malo con las personas pobres. Algunos piensan que los responsables de la pobreza son los pobres mismos. Otros opinan que hay que ayudarlos a manejar sus decisiones. Pero estas suposiciones se basan en la misma idea: a los pobres les pasa algo raro. Después de llegar a este razonamiento, queremos adoptar un papel más o menos paternalista y nos lamentamos un rato: si tan solo pudiéramos cambiarlos, si pudiéramos enseñarles cómo vivir sus vidas. 

 

La verdad es que hasta hace muy poco tiempo, yo pensaba así. Pero hace unos meses, los tiempos electorales me condujeron al historiador Rutger Bregman, quien a su vez, me llevó a un artículo escrito por unos psicólogos estadounidenses que realizaron un estudio en la India. Este estudio cambió por completo la perspectiva que tenía sobre la pobreza

 

 

¿Por qué los pobres son pobres?

 

 

¿Por qué los pobres son pobres?

 

Los psicólogos realizaron una investigación con agricultores de caña de azúcar. Estas personas obtienen un 60% de su ingreso anual de golpe con cada cosecha. Esto significa que son relativamente pobres una parte del año y ricos en la otra. Los investigadores hicieron pruebas de inteligencia antes y después de la cosecha y descubrieron que sus resultados eran muy inferiores antes de la cosecha. Resulta que vivir los efectos de una vida en pobreza significa perder 14 puntos de coeficiente intelectual. 

 

Después de encontrarse con esto, los investigadores llegaron a una idea revolucionaria sobre la pobreza: la mentalidad de la escasez. Resulta que las personas nos comportamos de manera diferente cuando creemos que hay una escasez. No importa mucho de qué sea la escasez, tiempo, dinero, comida, pero todos conocemos ese sentimiento cuando tenemos demasiadas cosas que hacer o cuando no hemos comido por mucho tiempo y solo nos podemos concentrar en lo que más falta nos hace, tiempo para llegar a la reunión o comprar algo para comer. En estas situaciones, los planes a largo plazo se desvanecen

 

Rutger Bregman explica que algo similar pasa cuando tenemos una computadora con muchos programas abiertos. La computadora se vuelve lenta y comete errores, hasta que finalmente se traba. No es que no sea una computadora buena, pero le damos muchas tareas al mismo tiempo. A las personas pobres les pasa algo similar, no toman malas decisiones porque sean diferentes a los demás, sino que se encuentran en un entorno que les afecta, y en el que todos haríamos lo mismo. 

 

Después de leer a Bregman, de repente entendí por qué tantos proyectos antipobreza no han tenido éxito o por qué muchas investigaciones en el sistema educativo de finanzas personales son muchas veces ineficaces: la pobreza no se debe a la falta de conocimiento

 

Un análisis reciente de los investigadores Fernandes, Lynch y Netemeyer (2014) indica que un total de 201 estudios acerca de la eficacia de los cursos sobre el manejo del dinero concluye que estos cursos no tienen ninguna repercusión. Quiero aclarar que esto no quiere decir que las personas pobres no son capaces de aprender, sino que los cursos no son suficientes.

 

La gran pregunta es: ¿Qué podemos hacer? Algunos economistas modernos tienen unos trucos: podemos ayudar a los pobres enviándoles un mensaje diciéndoles que tienen que pagar su crédito, o darles incentivos para que gasten menos. Este tipo de soluciones son muy populares en los políticos de hoy y son un símbolo de esta época: tratar los síntomas ignorando la causa raíz. 

 

¿Por qué no mejor cambiamos el entorno en el que viven los pobres? O, si volvemos al ejemplo anterior de la computadora, ¿Por qué no dejamos de retocar el software cuando podríamos resolver fácilmente el problema instalando más memoria? 

 

En este sentido, estoy de acuerdo con Bregman, necesitamos darles más dinero a los pobres para erradicar la pobreza. Como muchos habrán adivinado, estoy hablando de un ingreso básico universal. ¿Pero es esta idea algo anticuada y de izquierdas? 

 

Esta posibilidad sugiere que realmente se puede erradicar la pobreza, pero hay quienes afirman que el ingreso básico universal podría hacer que la gente sea floja y los alentaría a estar desempleados. Además, dicen que el presupuesto no alcanzaría ni reorientando la totalidad del gasto social federal para destinarlo a este único programa. ¿Por qué no podría ser viable el ingreso básico universal? 

 

La próxima semana hablaremos de este otro punto de vista. Mientras tanto, dejemos de pensar que las personas pobres son pobres por su culpa. 

 

Referencias: 
Bregman, R. (2016). Why do the poor make such poor decisions? Recuperado de: https://thecorrespondent.com/4664/why-do-the-poor-make-such-poor-decisions/179307480-39a74caf
Fernandes, D. Lynch, J.G. y Netemeyer, R.  Financial Literacy, Financial Education and Downstream Financial Behaviors (2014). Recuperado de: https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=2333898
Mani, A., Mullainathan, S., E. Shafir y J Zhao. (2013). Poverty Impedes Cognitive Function. Recuperado de: http://science.sciencemag.org/content/341/6149/976
 
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  1. Nuevo
    #5
    29/11/22 20:00
    Al menos en México mucha gente es pobre, no digo pobre sino miserable, porque el salario mínimo no alcanza a satisfacer las necesidades básica. La supermayoría de esa gente no bebe alcohol porque no les alcanza y no comen sano porque tampoco les alcanza. Comen muchos carbohidrátos y pocas poteínas, muy desbalaceado pero no están obesos porque comen muy poco, entre 1,500 y 1,800 calorías diarias, una subalimentación así no te permite pensar y tomar buenas decisiones, imagínate irte a trabajar con solo un café en el estómago y comer solo un tubo de galletas marías con una coca (el inflelz de EPN les subió los impuestos a la comida chatarra que es para la que les alcanza). Además están los agiotistas Elektra (Ricado Salinas) y Coppel (Agustín Coppel) que abusan y reabusan de los pobres. Yo veo más ricos borrachos y obesos como Carlos Slim y Germán Larrea que pobres.  
  2. #4
    13/03/18 12:35

    Hola Alejandra. Tu post es muy interesante. ¿Sabes si alguno de los candidatos presidenciales tiene una propuesta parecida a lo que tu mencionas en tu artículo? De antemano gracias.

  3. Nuevo
    #3
    02/02/18 23:38

    interesantes puntos, esperare con ganas la continuacion, saudos.

  4. #2
    29/01/18 15:22

    Aquí se publica mucho contenido, muchas veces es muy técnico y si no tienes una inversión, pues no te sirve de mucho o no tiene interés, pero este post, ha sido de lo mejor que he leido ultimamente.

  5. Edgar Arenas Sánchez
    #1
    26/01/18 09:00

    Excelente post.

    Felicidades.