Probablemente al leer el título habrás pensado, ¿qué tiene que ver una falda con la economía de un país? En realidad, todo está conectado si así te propones pensarlo, pero sí existe una teoría sobre esta premisa. Así que hoy hablaremos sobre un poco de historia.
En 1926, el economista George Taylor propuso que existía una relación entre el largo de las faldas y vestidos que usaban las mujeres con la prosperidad económica.
Taylor sostenía que cuán mejor estaba la situación económica las faldas eran más cortas, por el contrario, cuando la situación no era tan próspera, se usaban más largas. Lo anterior estaba relacionado a la capacidad de compra de las medias, pues al ser un artículo costoso el largo de la falda podría ocultar que no se tenía el dinero suficiente para comprarlas. Por otro lado, cuando se tenía la oportunidad de adquirirlas, usar una falda más corta reflejaba que había el poder adquisitivo suficiente para tener medias.
Esta teoría ha sido refutada por muchos economistas, pues explican las faldas cortas eran motivo del fenómeno social conocido como la liberalización de la mujer. Otros la apoyan comentando que la industria textil en tiempos de crisis buscaba reducir costos usando menos material.
Probablemente la teoría tenía sentido en esos años, actualmente no hay sustento suficiente para comprobarla, sin embargo, lo que es cierto es que cuando no hay prosperidad económica las personas suelen reducir sus comprar y utilizar solo lo indispensable.