La inclusión financiera es uno de los grandes desafíos del sistema financiero mexicano. Si bien en los últimos años se registraron avances importantes en este tema, casi la mitad de la población no tiene acceso al crédito y una buena parte de personas se financia de manera informal.
“La baja penetración del crédito en el país está muy relacionada con los altos niveles de informalidad que existen en la economía, con más de 50 por ciento de su población trabajando en ese sector”, señala Daniel Urías, fundador de Cooltura Financiera.
¿Cuántos mexicanos no tienen crédito?
Según la última Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF), 48 por ciento de la población mexicana de entre 18 y 70 años no cuenta con un financiamiento, la gran mayoría porque no es candidata a él.
Entre las razones por las cuales algunos nunca han solicitado un préstamo o pagaron el que tenían y jamás volvieron a pedir uno están: no les gusta endeudarse, consideran que no cumplen los requisitos; no les interesa; no lo necesitan; perciben que los intereses son altos o tuvieron una mala experiencia, por mencionar algunas.
Ahora bien, de los que sí tienen un crédito (52 por ciento), 31 por ciento está en el mercado informal, es decir, busca apoyo con familiares; amistades y conocidos; en cajas de ahorro o hasta en el empeño.
Causas más comunes de rechazo de un crédito
Uno de los mayores beneficios de trabajar en el mercado formal es la posibilidad de tener acceso al crédito para enfrentar eventos inesperados, pagar el viaje que deseas o comprar el auto o la vivienda de tus sueños.
“Tener acceso al financiamiento puede generar impactos positivos en la calidad de vida de la población. Contar con él y manejarlo de forma adecuada, permite a las personas acceder a bienes y servicios que, probablemente, por limitaciones en su ingreso disponible, no podrían obtener”, señala la ENIF.
Sin embargo, para miles de mexicanos, estos beneficios no son posibles, ya que no son candidatos a un plástico bancario, una tarjeta departamental, un préstamo de nómina o personal o un financiamiento hipotecario o automotriz.
El 17 por ciento de la población asegura que en algún momento de su vida solicitó un crédito y fue rechazado por diversas causas.
Las más comunes son:
- Problemas con el Buró de Crédito (36 por ciento)
- Ingreso insuficiente (27 por ciento)
- No cuenta con historial crediticio (19 por ciento)
- No cuentan con la documentación necesaria (11 por ciento)
- Falta de fiador o aval (4 por ciento).
La edad: determinante a la hora de acceder a un crédito
Todo indica que la edad es un determinante clave al momento de solicitar un financiamiento.
Entre más joven se es las dificultades son mayores cuando se trata de la falta de historial crediticio.
“A los 24 años pedí una tarjeta de crédito y me rechazaron porque no tenía antecedentes en la banca. Llevaba tres años trabajando y ganaba 11 mil pesos, pero me dijeron que no era candidata”, cuenta Sheila Cantú.
Como ella, miles de jóvenes padecen este problema. Según la ENIF, 31 por ciento de las personas de entre 18 y 29 años ha sido rechazada en alguna ocasión por no tener antecedentes con alguna institución financiera.
“La población más joven reporta con mayor frecuencia la falta de historial crediticio como un factor de rechazo, lo que es consistente con que parte de esta población apenas se está integrando al mercado laboral y casi seguramente al crediticio”, expone la ENIF.
Cuando se ven los rechazos por tener problemas de impagos, estos se concentran entre la población de mayor edad.
Por ejemplo, a 43 por ciento de la población de entre 30 y 44 años no le fue aceptada la solicitud por una mala calificación en el Buró de Crédito, mientras que 41 por ciento de las personas con entre 45 y 59 años sufrió este mismo problema.
¿Qué hago si rechazaron mi solicitud de crédito?
Lo primero que debes tener claro es la causa por la cual decidieron no darte la línea de crédito que necesitas.
Qué hacer dependerá de la razón. Si el problema es la falta de historial crediticio porque eres una persona joven, una buena solución es pedir una tarjeta departamental para ir forjando un historial. Generalmente, este tipo de establecimientos suelen ser más flexibles al momento de analizar solicitudes nuevas.
Otra opción es acudir con otra institución para ver si tienes más suerte, incluso en el banco donde te pagan tu nómina. Al ser usuario de la entidad quizá existen más posibilidades.
Si la causa fue por bajos ingresos, una alternativa sería dialogar con la institución que acudiste para saber si es posible que el monto a financiar sea menor, claro, siempre y cuando a ti te sea funcional.
Si el motivo de rechazo fue por problemas en el Buró de Crédito o errores en la documentación requerida, en este caso solucionarlo está en tu cancha. Si bien es difícil pagar lo que debes porque -precisamente- buscas un crédito para solventar alguna dificultad, en la medida de lo posible atiende ese pendiente para que no tengas dificultades con las futuras solicitudes que presentes.