El panorama del mercado mexicano enfrenta una serie de desafíos y oportunidades que moldearán el curso de la inversión de capital de riesgo.
La atención de inversionistas internacionales está puesta en la oportunidad de crecimiento del mercado mexicano. A partir del aumento en la inversión productiva en el país, con el nearshoring, México mantiene un escenario favorable para posicionarse como una economía emergente líder.
Si bien el nearshoring por sí solo representa un crecimiento para el país, al generar un crecimiento de 47% en la Inversión Extranjera Directa en el último año, según cifras del IMCO, también aumenta el interés para crear otros espacios industriales que se espera detonen el crecimiento de la economía mexicana. Una oportunidad para la inversión privada, en especial, el Venture Capital.
Entre los actores de la industria, la percepción de la economía mexicana y su ecosistema empresarial destaca por su potencial de crecimiento, innovación y el talento de los emprendedores.
Para este año, se perciben una serie de factores a considerar a nivel macroeconómico y geopolítico, que crean un momento estratégico para la inversión de capital privado. Prueba de ello, es que pese a la incertidumbre global, la economía del país registró un crecimiento de 3.2% anual en 2023, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Pilares del mercado mexicano
Las fortalezas del país, consecuencia del tamaño de su mercado interno y el talento del ecosistema emprendedor, lo mantienen como una de las economías más relevantes de crecimiento en la región de América Latina. Situación que perfila al país como una plataforma de innovación y escalabilidad para inversionistas internacionales y el ecosistema empresarial.
De tal manera que el ingreso de nuevos inversionistas impulsará tanto a sectores tradicionales, como la manufactura y la agricultura, hasta industrias emergentes, como la tecnología y energías renovables.
Adicionalmente, el país ha demostrado un firme compromiso con la estabilidad económica y sus acuerdos comerciales clave, así como su ubicación geográfica estratégica tanto en Norteamérica como en América Latina, lo refuerza como un destino atractivo.
México ya no es solo el principal socio comercial de Estados Unidos, sino también es el siguiente paso para la expansión de empresas nacientes en otros países de la región.
Desafíos en el radar para la industria
En la industria, la inversión en países emergentes e, incluso, el impulso a sectores como tecnologías disruptivas y otras alternativas, como la inversión de impacto, son una oportunidad de escalabilidad y crecimiento.
A lo largo de los últimos meses enfrentamos una menor liquidez y aún vemos cierta cautela entre los fondos de capital privado e inversionistas internacionales. Un reto importante para atraer a más jugadores al mercado mexicano.
Como miembros de la industria de capital privado, debemos actuar estratégicamente para atraer la atención de inversionistas institucionales y retener tanto a fondos internacionales como fondos locales del país. De ahí que nuestro país debe promover la transparencia y propiciar las condiciones para la inversión.
México puede convertirse en un destino de primer nivel para la inversión. Una oportunidad que incrementará las capacidades de investigación, desarrollo e innovación en el ecosistema empresarial.
Mientras tanto, a nosotros nos toca seguir creando sinergias entre inversionistas de capital privado y reforzar la colaboración con otras áreas como las instituciones educativas, centros de investigación y hub especializados en tecnología e industria.
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