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Blockchain: estrategia para frenar la corrupción.

Desde la popularización del Bitcoin y el auge de las criptomonedas, el blockchain se ha convertido en un tópico frecuente en los medios de comunicación y ha trascendido las barreras de las finanzas para probar sus aplicaciones en otras áreas. Gracias a las bondades de la cadena de bloques -entre las que resalta la transparencia y la protección de las transacciones de usuarios- se ha despertado el interés de la aplicación de esta tecnología en la política. ¿Qué podría aportar el blockchain al sector público, y qué implicaciones tiene para los involucrados?

De acuerdo a datos presentados por el INEGI (2016), una de cada cuatro personas en México considera que la corrupción es un problema importante en el país. Numerosos casos han aparecido en este último año y dan evidencia de la necesidad de transparencia y rendición de cuentas. Especialistas en la materia han propuesto el uso del blockchain para cumplir con este requerimiento y, además, eliminar a los intermediarios de las transacciones y supervisar el cumplimiento de contratos. Poder seguir las transacciones registradas en la cadena de bloques, permite que las personas dentro de la red vigilen simultáneamente el flujo adecuado de los recursos y, precisamente por esto, se vuelve imposible que las personas puedan alterar la información inscrita en la cadena (Gestión, 2018).

Sin embargo, existen dos puntos importantes que deben tenerse en cuenta: el primero, de acuerdo a Martínez (2018), es la importancia de que la red de blockchain sea pública, es decir, que todos los miembros de la red (o nodos) tengan la misma jerarquía, y que sean todos quienes autoricen el ingreso de datos a la cadena. De esta forma, se evita la necesidad de un administrador o intermediario que, se afirma, es la causa principal en operaciones de corrupción. El segundo punto tiene que ver con el ingreso de información: no es posible garantizar que toda la información ingresada al sistema sea confiable y relevante. Para poder asegurar esto, es preciso que exista un intermediario o administrador que verifique esta información, pero llevaría nuevamente al riesgo de la corrupción (Siri, citado por Martínez, 2018).

Es claro que la corrupción es un problema complejo y que las soluciones disponibles distan de ser perfectas. Sin embargo, cualquier alternativa que abone a la reducción de este mal social, podría aumentar significativamente la confianza que la sociedad tiene en el sector público. Mientras tanto, habrá que buscar soluciones que permitan mantener sistemas transparentes y abiertos a los usuarios de una red. Y, quizá, la solución vuelva a encontrarse en las finanzas.

 

Gerardo Israel Padilla Villarreal

Director de Investigación de CETYS Universidad Campus Tijuana

[email protected]

 

Referencias:

Gestión (2018). Bitcoin, ¿La cadena de bloques frenará la corrupción? Recuperado el 18 de octubre de 2018 de Gestión sitio web: https://gestion.pe/tu-dinero/bitcoin-cadena-bloques-frenara-corrupcion-229287

INEGI (2016).             Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad Pública.

Martinez, L. (2018). Blockchain, Odebrecht y combate a la corrupción, ¿Qué podría salir mal?. Recuperado el 18 de octubre de 2018 de El Economista sitio web: https://www.eleconomista.com.mx/tecnologia/Blockchain-Odebrecht-y-combate-a-la-corrupcion-que-podria-salir-mal-20180926-0088.html

 

 

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