Recientemente se vive un clima de incertidumbre en la economía de México debido a las amenazas que se han presentado por parte de Estados Unidos en las cuales declara al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) como un elemento que solo beneficia a México. Esto deja en consecuencia que este tratado se pueda renegociar o fracturar en algún punto, situación que no le convendría a nuestro país por la interdependencia que tenemos con el país vecino, Estados Unidos.
Esta posible situación obliga a que México busque nuevas alianzas comerciales que le permitan seguir exportando bienes y servicios para que el producto interno bruto (PIB) continúe aumentando debido a que si hay destinos de exportación hay más producción y por lo tanto hay más PIB. China se presenta ante esta situación como la aparente opción más viable para México. Actualmente, ya es el segundo socio comercial de nuestro país. Ha ganado una posición preponderante en América Latina al introducirse, a través de tratados, a mercados como el chileno, el brasileño o el peruano. Con ellos ya ha realizado un tratado comercial. Incluso, China está proponiendo un tratado comercial llamado RCEP (por sus siglas en inglés) el cual pueda sustituir al Trans-Pacific Partnership (TPP) pero sin considerar a Estados Unidos en él.
Todo parece estar a favor del tratado comercial, sin embargo, hay que tomar en cuenta diferentes puntos. El primero de ellos es el déficit en la balanza comercial de México con China la cual tiene un saldo de 57,000 millones de dólares en favor de la segunda economía mundial. Las exportaciones de México a China de 1994 a 2014 han crecido 14,044%. Por otro lado, las importaciones de México a China en el mismo periodo han crecido 13,160%. Aunque las exportaciones han crecido más que las importaciones, el punto de partida no ha sido el mismo puesto que las importaciones partieron de una cantidad más alta, lo que se traduce en que las importaciones han sido siempre mucho mayores que las exportaciones de México, aunque los porcentajes indiquen aparentemente lo contrario.
Otro obstáculo que tendrían que vencer ambos países sería la diferencia cultural que existe entre las dos naciones. Los ciudadanos chinos son conocidos, malamente, por ser “sucios” en los negocios, es decir, siempre salen con alguna mala jugada o acaban dándole la espalda a su supuesto socio. De igual manera, al tener un tratado comercial, México debería encontrar nuevos bienes de exportación debido a que China es nuestro principal competidor en una amplia gama de productos de exportación con Estados Unidos.
Todos estos datos revelan que México saldría más perjudicado que beneficiado al hacer un tratado de libre comercio con la potencia asiática, China. Si bien las cooperaciones entre ambas naciones a través de fondos binacionales han funcionado, habrá que buscar la forma de reducir el déficit comercial con China y enfocarse en entrar al mercado asiático a través de otra puerta, otro país.
María Martínez Hernández,
UPMX,
Directora de Emprendimiento y Comunicación
@hernandez4368
Bibliografía:
- Alejandro Gomez Tamez. (2015). La relación comercial México – China: de mal en peor. 20/04/17, de El Financiero Sitio web: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/la-relacion-comercial-mexico-china-de-mal-en-peor.html
- Jorge Flores Kelly. (2013). Un TLC entre México y China, ¿está en chino?. 20/04/17, de Forbes Sitio web: https://www.forbes.com.mx/un-tlc-entre-mexico-y-china-esta-en-chino/
- Roberto Morales. (2016). Mega TLC con China seduce a México. 20/04/17, de El Economista Sitio web: http://eleconomista.com.mx/industrias/2016/11/23/mega-tlc-china-seduce-mexico