En enero de 2014 entro en vigor un impuesto de un peso por litro en las bebidas azucaradas en México con la intensión de reducir el consumo de refrescos y así combatir la obesidad y los casos de diabetes existentes en el país.
Impuesto en los refrescos: Un intento de solución a problemas de obesidad y diabetes
El impuesto mencionado se encuentra la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) donde se estableció esta medida fiscal para tener un efecto positivo en la salud de la población mexicana. Aunque el IEPS es un impuesto que se cobra al consumidor por lo que hay que considerar si vale la pena tener una medida con buenas intenciones para la salud, que a su vez puede afectar el ingreso de las familias.
En el 2015 se reportaron resultados de una reducción en el consumo de refresco per cápita de 6.5 litros, pasamos de 139.4 litros en 2014 a 132.9 litros en 2015. Dicha reducción en el consumo de refresco es innegable pero se desconoce su impacto en los casos de diabetes y obesidad. Gracias a estudios realizados por el Instituto Nacional de Salud Pública y la Universidad John Hopkins se puede analizar que es cierto que las industrias refresqueras no se han visto afectadas y han aumentado sus ventas, lo cual no indica un mayor consumo en los individuos, pero si es causa del crecimiento de la población; además industrias como Coca Cola y PepsiCo siguen creciendo gracias a productos alternativos como agua embotellada y jugos.
Ahora en el 2016 se ha presentado la iniciativa de aumentar de uno a dos pesos por litro el IEPS, pues desde que entró en vigor al año en curso se han recaudado 50 mil millones de pesos, lo que representa un recurso favorable para distintos sectores, pero sin saber a dónde han sido destinados, por esta razón el senador Armando Ríos Piter ha solicitado a la SHCP datos sobre el manejo de este recurso. Se pretende que lo recaudado se destine al sector salud para combatir el problema de obesidad y diabetes que atañe al país.
No se niegan los resultados de esta iniciativa fiscal ante un problema del sector salud, pero habrá que valorar su impacto en los índices de obesidad y casos de diabetes del país, pues al final es el consumidor quien podría disminuir su consumo de refresco pero puede sustituirlo con otros alimentos con alto contenido en calorías. Finalmente desarrollar buenos hábitos alimenticios sigue siendo primordial para la salud del mexicano.
