La transición hacendaria - Economía México
A más de un mes de que se llevase acabo una de las elecciones más grandes de la historia democrática de nuestro país, en función al numero de cargos en disputa y padrón electoral, la expectativa sobre el proceso de transición de poderes, y en especifico, la referente a los equipos económicos, son un factor que naturalmente crea expectación e incertidumbre, sobre todo si se analiza desde la perspectiva de la visión económica que tendría el gobierno entrante.
A estas fechas la postura del hoy presidente electo, Lic. Andrés Manuel López Obrador (AMLO), a sido clara al respecto de la comunicación y cooperación con la actual administración, para que el proceso de transición se lleve a cabo en cordialidad y en los mejores términos. Prueba de ello es la gran accesibilidad que ha tenido con inversionistas y representantes de diversos sectores de quién sería el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Carlos Urzúa. Además, la rápida incorporación de Jesús Seade, designado jefe negociador del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), al equipo negociador actual, manda a los mercados un mensaje de certidumbre y confianza en nuestra transición.
El secretario de hacienda es un puesto clave en la administración pública, puesto que exige combinar las habilidades técnicas con las políticas. Carlos Urzúa, quién es licenciado en Matemáticas por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), maestro en Matemáticas por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV) y doctor en Economía por la Universidad de Wisconsin, basa su experiencia en la academia y la docencia. En el ámbito de la experiencia en el sector público, Urzúa se desempeñó localmente tres años como secretario de Finanzas en el gobierno del entonces Distrito Federal, sería la primera vez que desempeñe un cargo público federal.
Sin embargo, el panorama vislumbra distinto si se analiza desde el punto de vista de la realidad económica, las cuentas que entregará el actual gobierno y el proyecto económico que planteo AMLO en campaña, ya que existen puntos que se contraponen en el proceso de entrega recepción. Por ejemplo, el déficit público, cual se estima que el costo por intereses para el cierre de 2018 será de 654,284 millones de pesos, un incremento de 6,804 millones de pesos, en comparación con lo que el Congreso aprobó a finales de 2017. Otro factor que se deberá tomar en cuenta en el proceso de transición, son los ingresos que tendrá el estado para operar, donde se estima que para 2019 la generación de ingresos públicos será 13,535 millones de pesos menos, derivado de una menor llegada de ingresos petroleros por 111,493 millones de pesos a lo proyectado por Hacienda para este año, mientras que los ingresos tributarios serán 82,305 millones de pesos mayores a lo previsto para 2018. Ejemplo de estas cifras son la inversión en obra pública, cual en 2017 cayó 26.3% anual.
Desarrollar infraestructura y empleos en los términos tal cual se plantearon en campaña requerirían aumentar el gasto público, situación que se contrapone con la postura del presidente electo de no aumentar impuestos ni el déficit público.
Carlos Urzúa asumirá el complejo reto de reestructurar las finanzas públicas, conduciendo los instrumentos de presupuestación, programación y ejecución del gasto público, además de ser responsable del diseño e instrumentación de las políticas de ingresos, incluyendo las acciones tributarias dirigidas al financiamiento del proyecto económico de la administración entrante. Como máxima autoridad para la supervisión y regulación del sistema financiero, deberá diseñar e implementar políticas dirigidas al crecimiento económico.
Otro factor importante que destacar en el proceso de transición es el programa económico para el 2019, que incluye los Criterios Generales de Política Económica, la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos que deberán enviar al Congreso antes del 15 de diciembre, en los cuales se encuentran trabajando los diferentes equipos económicos. Se espera que el presupuesto se apegue a los estimados macroeconómicos enviados en los Precriterios de Política Económica, publicados en abril de 2018.