¿Qué nos dice la ENIGH acerca del consumo de combustibles y el ingreso de las familias mexicanas?
En México existían un conjunto de bienes y servicios, entre ellos la gasolina, que eran ofrecidos bajo esquemas no competitivos, puesto que los proveía el Gobierno; como consecuencia sus precios los determinaba en gran medida criterios ajenos al mercado. El precio de las gasolinas era administrado y regulado por la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal. Una de las características más importantes era que, frente a shocks económicos internos o externos sus ajustes son lentos. En contrapartida, en Estados Unidos, por ejemplo, la determinación de precios responde a un sistema competitivo, que ante la presencia de estos shocks se ajustan automáticamente.
Poniendo en perspectiva al consumidor mexicano promedio, y con base en la información proporcionada por la Secretaria de Hacienda y Crédito Publico (SHCP), expuesta en la gráfica; de 2007 a 2013, los hogares con los ingresos más bajos del país realizaron el 1.5% del consumo total de gasolina y el 0.80% del consumo total del diésel (decil I), mientras que, los hogares con los ingresos más altos realizaron el 31.1% del consumo total de gasolina y el 37.1% del diésel (decil X). Esto nos muestra una lógica proyección sobre como se representa el consumo del combustible en los bolsillos de aquellas familias que perciben un ingreso superior a las que perciben uno inferior, dibujando una cuesta gradual a la alza en dirección al dicil X. Todo ello considerando la política fiscal de deslizamientos mensuales aplicada antes de 2014, los llamados “gasolinazos”.
La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) tiene como objetivo proporcionar un panorama estadístico del comportamiento de los ingresos y gastos de los hogares en cuanto a su monto, procedencia y distribución.
De acuerdo con sus resultados para 2014, publicados por INEGI, el gasto corriente promedio trimestral por hogar en México se situó en $26,466 pesos, de los cuales el 34.1% ($9,031) se destinaron a la compra de alimentos, bebidas y tabaco, el resto, 65.9% a otros gastos. Los gastos en transporte arrojaron que en
lo correspondiente al transporte público fue en promedio 6.2% para los primeros dos deciles, mientras que, para los dos de mayores ingresos éste asciende a 3.1%, lo que involucra a 12.2 y 12.7 millones de personas, respectivamente. En el caso de los combustibles el número de personas consideradas en los extremos de los deciles (I, II, IX y X) fue de 3.9 y 19.4 millones, respectivamente. Visto desde el número de personas afectadas directamente por el incremento en el precio de los combustibles, la afectación corresponde a los deciles de mayores ingresos, de tal manera que un subsidio aplicado por la SHCP a las mismas solo beneficiaba a las familias de mayores ingresos.
El sistema de administración de precios de las gasolinas instrumentado en México llegó a su fin el 31 de diciembre del 2014, cuando se abandonó la política de deslizamientos mensuales. Actualmente, el criterio para fijar los precios de las gasolinas está en una fase de transición producto de la Reforma Energética aprobada en el 2014. A partir del 1 de enero del 2017, los precios se liberaron, fijándose de manera dual: en algunas regiones del país la determina el mercado, en las regiones no liberalizadas los sigue administrando la SHCP a través del mecanismo de precios máximos y mínimos.
La liberación de los precios de las gasolinas, derivado de la reforma energética, ha implicado la flexibilización de los precios, por lo cual su movimiento esta en función del comportamiento de los precios internacionales de los hidrocarburos y del tipo de cambio. La liberación también implica una reestructuración en el gasto corriente y los presupuestos nacionales, pues al desprenderse de la carga subsidiaria a las gasolinas, La Secretaria de Hacienda contara con más presupuesto que se podrá destinar a programas de asistencia social o a rubros prioritarios. Sin embargo, el impacto para el consumidor esta siendo negativo en el corto plazo, ya que reduce su ingreso disponible al aumentar el costo de su gasto cotidiano. Por su parte, los productores de bienes y servicios están incrementando sus costos debido a que harán un pago adicional en combustible. Ante este escenario, las presiones inflacionarias ya están presentes, por lo que el Banco de México (Banxico) se ha visto en la necesidad de mitigar esas presiones inflacionarias a través de distintas herramientas de política montearía.
BIBLIOGRAFÍA
México: Cengage Learning Latin Am: M. en E. Reyes Tépach M.. (2013).
Análisis de los precios y de los subsidios a las gasolinas y el diésel en México, 2007-2013. Mayo, 2017, de DIRECCIÓN GENERAL DE SERVICIOS DE DOCUMENTACIÓN, INFORMACIÓN Y ANÁLISIS: http://www.diputados.gob.mx/sedia/sia/se/SAE-ISS-14-13.pdf
Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2014: http://www.beta.inegi.org.mx/proyectos/enchogares/regulares/enigh/tradicional/2014/default.html
Rodrigo Larraguível:
@rodlarra