Debuto en Rankia en este espacio de letras y opiniones con gran entusiasmo, este espacio en el que encontraras una opinión de un universitario en la licenciatura de economía, en donde se pretende compartir el opinión de la situación económica y política siempre teniendo un claro contexto económico.
Pero antes de todo ello, nos pondremos en contexto en el panorama económico en el que se encuentra la nación mexicana, dimos inicio a este año sin la menor idea de los acontecimientos que nos aquejarían como lo fue la incertidumbre petrolera en los primeros meses, una tensión diplomática entre dos relevantes naciones del mundo y como cereza del pastel un hito histórico como es la pandemia provocada por el Covid-19.
Tras transcurrir este primer semestre del año no queda más que ver que la compleja situación en la que se encuentra el país, ha dejado mucho que desear en el manejo de la situación de la economía en este periodo, tuvimos al hilo perdidas históricas en materia de inversión, una contracción en el PIB que no se presentaba desde la depresión del 2008, una pérdida de confianza y estabilidad en el sistema financiero y las inversiones extranjeras, además de tener un fuerte retroceso en materia de generación a energías limpias.
En el primer trimestre del año se registró una caída del 1.2% del PIB en términos reales, la cual se convirtió en la peor caída en 11 años, además de ser acompañada de estimaciones de contracción económica de instituciones financieras como el Banco Mundial (7.5%) o JP Morgan (10.5%).
En las primeras semanas de junio se da a conocer una caida histórica de la producción de la industria de 29.6%, lo cual significo la mayor caida en la historia de los libros del país, lo cual fue resultado del cierre de actividades productivas para evitar la propagación del virus Covid-19. Junto con estas pérdidas históricas, la crisis actual, más allá de la sanitaria está enfocada en la pérdida de empleo, la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo del INEGI, llama la atención una reducción de 12 millones de la Población Económicamente Activa, lo que implica que 12 millones de personas perdieron su ingreso laboral durante abril, y no tienen la certeza cuándo volverán a tenerlo.
A estas pérdidas se suma una perdida histórica más, desde mediados del 2018 se registró la tendencia negativa de la inversión total de la economía, solo en marzo del presente año se tuvo la mayor caída desde la Recesión del 2009.
La certeza y la seguridad jurídica de la inversión privada se vio minada con las decisiones presidenciales que reducen la tasa potencial de crecimiento económico, como lo es la cancelación del aeropuerto de Texcoco, el polémico decreto publicado por la Secretaria de Energía (SENER), en el que se da un golpe a las inversiones en energías limpias, y recientemente la propuesta para fusionar el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), la Comisión de Federal de Competencia Económica (Cofece), y la Comisión Reguladora de Energía (CRE), en el Instituto Nacional de Mercados y Competencia para el Bienestar (Inmecob), lo cual para el subgobernador del Banco de México Gerardo Esquivel, esta iniciativa debilita y socava la autoridad del órgano de competencia y regulación.
Deseo que el próximo semestre que resta de este 2020 tengamos un plan concreto de recuperación económica, una nueva dirección en las políticas del ámbito financiero que brinden confianza y estabilidad a inversionistas extranjeros, se propicie el emprendimiento de los jóvenes y aún más importante se priorice el manejo adecuado de esta pandemia.
Pero simple y llanamente es una opinión, abrazo a la distancia.
Estudiante de economía.
Twitter: @jesusarmhdez