El pasado 28 de noviembre de 2023, Charlie Thomas Munger, uno de los inversionistas más influyentes del mundo y quien fuese uno de los autores intelectuales detrás del éxito de Berkshire Hathaway, Inc (NYSE: BRKA), así como la mano derecha de Warren Buffett, falleció a los 99 años.
Como un homenaje a su memoria y al legado inquebrantable que deja en las finanzas y los negocios, analicemos 3 de sus principales adagios:
Al hablar de Munger hablamos de value investing, y, por ende, de margen de seguridad y largo plazo.
En los últimos 23 años, el S&P 500 ha atestiguado 8 correcciones y 3 mercados bajistas, y, pese a ello, quien haya invertido, por ejemplo, US$ 10K, hoy valen poco más de MXN$ 31K, significando un retorno acumulado de 212.72% (Gráfica 1).
La enseñanza radica en que los inversionistas deben entender que los retornos futuros esperados mejoran cuando los precios corrigen y que el horizonte de corto plazo está permeado de ruido e impredecibilidad, por lo que volverse pesimista y/o tratar de cronometrar el mercado no son siempre la mejor alternativa. A su vez, la Bolsa «premiará» a todo aquel que sea disciplinado, pero sobre todo paciente.
Nunca fue un secreto el desdén que tanto Buffett como el mismo Munger le aguardaban a la métrica Beneficio antes de Financiamiento, Impuestos, Depreciación y Amortización (EBITDA, por sus siglas en inglés), descartándola por completo de sus informes financieros y de su proceso de selección de compañías.
Si bien la Securities Exchange Commission (SEC) les exige a las empresas públicas conciliar las cifras EBITDA, veamos algunas de sus desventajas (Tabla 1):
Al hablar de Munger hablamos de value investing, y, por ende, de margen de seguridad y largo plazo.
En los últimos 23 años, el S&P 500 ha atestiguado 8 correcciones y 3 mercados bajistas, y, pese a ello, quien haya invertido, por ejemplo, US$ 10K, hoy valen poco más de MXN$ 31K, significando un retorno acumulado de 212.72% (Gráfica 1).
La enseñanza radica en que los inversionistas deben entender que los retornos futuros esperados mejoran cuando los precios corrigen y que el horizonte de corto plazo está permeado de ruido e impredecibilidad, por lo que volverse pesimista y/o tratar de cronometrar el mercado no son siempre la mejor alternativa. A su vez, la Bolsa «premiará» a todo aquel que sea disciplinado, pero sobre todo paciente.
Nunca fue un secreto el desdén que tanto Buffett como el mismo Munger le aguardaban a la métrica Beneficio antes de Financiamiento, Impuestos, Depreciación y Amortización (EBITDA, por sus siglas en inglés), descartándola por completo de sus informes financieros y de su proceso de selección de compañías.
Si bien la Securities Exchange Commission (SEC) les exige a las empresas públicas conciliar las cifras EBITDA, veamos algunas de sus desventajas (Tabla 1):
- I. Dado que no es una métrica propiamente reconocida por las normas contables, y, por lo cual, se carece de un estándar para su cálculo, es común que cada empresa la determine de forma diferente, cuestión que podría ocasionar inconsistencias y distorsiones de la rentabilidad.
- II. Teóricamente, un valor alto estaría relacionado con una alta rentabilidad; sin embargo, tomando en cuenta que se excluye las deudas y obligaciones financieras, así como las erogaciones de los activos fijos, es muy probable que entre la cifra se escondan malas decisiones, tales como el incurrimiento a préstamos altos o la necesidad de realizar fuertes gastos de capital.
- III. En línea con el punto anterior, la predilección por utilizar el EBITDA como elemento principal de valoración, naturalmente, produce múltiplos más bajos, por lo que, si se carecen de otros criterios para invertir, podría inducir a una mala decisión de inversión.
En síntesis, es importante analizar a consciencia el resultado y los componentes por separado del EBITDA.
Su servidor sería deshonesto si no confesara que difiero del pensamiento en contra de la diversificación.
No obstante, coincido en que ésta debe tomarse con pinzas y que, en materia de inversiones, no es una regla escrita en piedra, por el contrario, debe ajustarse constantemente de acuerdo con el contexto. Veamos cómo es la diversificación inadecuada (Tabla 2):
- I. La sobresaturación de un portafolio de inversión, además de ocasionar desequilibrios, en función del ciclo económico, puede ser el inicio de un laberinto de minusvalías, pues las inversiones que estén registrando retornos por debajo de la media, en automático, opacarán a las buenas inversiones.
- II. La clave de la inversión es tener claridad en qué y hacia dónde se está destinando el dinero, por lo que entre menos activos financieros se posean, será mucho mejor, de lo contrario, no sólo habrá ineficiencia, sino también pérdida de oportunidades.
- III. Una de las formas más comunes de diversificar es haciéndolo mediante Fondos Cotizados en Bolsa (ETFS, por sus siglas en inglés); sin embargo, cuán más de estos instrumentos se vayan integrando, mayores son las posibilidades de invertir en empresas de baja calidad.
- IV. Es importante conocer los gastos inherentes de los instrumentos financieros y sus repercusiones en el retorno real, pues en muchas ocasiones, las pérdidas se derivan mayormente por éstos que por cuestiones de mercado.
Y, por último, una de las frases que, desde un punto personal marca mi filosofía de vida:
Sin duda, una gran pérdida de una gran leyenda.