Ahí le va una pregunta: ¿sabe usted cuál es el activo financiero nacional que mejor se ha comportado a lo largo del año tanto en el mercado local como en el mercado internacional? La respuesta, en este artículo.
El real brasileño, el rublo ruso, el sol peruano y nuestra moneda, el peso mexicano, se posicionan como las divisas que mejor desempeño han registrado frente el dólar estadounidense en lo que va de 2022, acumulando una apreciación de 15.11%, 10.65%, 7.88% y 4.50%, respectivamente (Gráfica 1). ¿Las razones? Hablando del rublo ruso, por medidas extraordinarias implementadas por el gobierno ruso para mitigar el impacto de las sanciones económicas por su decisión de invadir Ucrania. En lo que respecta al real brasileño y el sol peruano, principalmente por el aumento de las tasas de interés y el repunte de los precios de las materias primas, así como factores idiosincráticos; especialmente en el Perú. Pero ¿qué hay del peso mexicano?
Primeramente, recordemos que un periodo de inflación exacerbada afecta, por un lado, al consumidor, mermando su poder adquisitivo, pero por el otro y con un doble efecto (motivado principalmente por procesos de normalización monetaria), al inversionista, decreciendo los intereses nominales de sus inversiones, haciendo mucho más retadora la tarea de asset allocation.
El real brasileño, el rublo ruso, el sol peruano y nuestra moneda, el peso mexicano, se posicionan como las divisas que mejor desempeño han registrado frente el dólar estadounidense en lo que va de 2022, acumulando una apreciación de 15.11%, 10.65%, 7.88% y 4.50%, respectivamente (Gráfica 1). ¿Las razones? Hablando del rublo ruso, por medidas extraordinarias implementadas por el gobierno ruso para mitigar el impacto de las sanciones económicas por su decisión de invadir Ucrania. En lo que respecta al real brasileño y el sol peruano, principalmente por el aumento de las tasas de interés y el repunte de los precios de las materias primas, así como factores idiosincráticos; especialmente en el Perú. Pero ¿qué hay del peso mexicano?
Primeramente, recordemos que un periodo de inflación exacerbada afecta, por un lado, al consumidor, mermando su poder adquisitivo, pero por el otro y con un doble efecto (motivado principalmente por procesos de normalización monetaria), al inversionista, decreciendo los intereses nominales de sus inversiones, haciendo mucho más retadora la tarea de asset allocation.
Como se visualiza en la Gráfica 1, las divisas latinoamericanas (exceptuando el peso argentino), en promedio, acumulan una apreciación anual del orden de 6.77% frente al billete verde, ¿la razón? Si bien el ciclo alcista de tasas comenzó recién hace un par de meses en la principal economía del mundo, Estados Unidos de América, y detrás de ella en el resto de las economías avanzadas, en Latinoamérica inició muchísimo antes, con lo cual se apunta para ser la primera región en pagar tasas reales positivas, avivando el interés de los inversionistas por comenzar a colocar sus capitales en dicha región, prescindiendo de sus dólares estadounidenses (Gráfica 2).
Veamos un ejemplo práctico y tangible de México. Desde la subasta de valores gubernamentales celebrada del pasado 15 de febrero del año en curso, los Certificados de la Tesorería de la Federación (CETES) a 364 días comenzaron por ser los primeros papeles en ofrecer un rédito real positivo, de 0.08%, siguiéndoles aquellos cuyos vencimientos son a 182 y 91 días, con 0.01% el 31 de marzo y 5 de mayo, respectivamente. Al corte de la subasta del 24 de mayo, los CETES a 28 días son los únicos que continúan premiando con una tasa real negativa, de -0.63% (Gráfica 3).
Lo anterior, ha acrecentado el interés de los inversionistas por papeles del gobierno mexicano; tan sólo del 31 de diciembre de 2021 al 18 de mayo de 2022, la tenencia de CETES por inversionistas extranjeros sumó poco más de 13,700 MDP, significando un incremento de 12.05% (Gráfica 4).
Veamos un ejemplo práctico y tangible de México. Desde la subasta de valores gubernamentales celebrada del pasado 15 de febrero del año en curso, los Certificados de la Tesorería de la Federación (CETES) a 364 días comenzaron por ser los primeros papeles en ofrecer un rédito real positivo, de 0.08%, siguiéndoles aquellos cuyos vencimientos son a 182 y 91 días, con 0.01% el 31 de marzo y 5 de mayo, respectivamente. Al corte de la subasta del 24 de mayo, los CETES a 28 días son los únicos que continúan premiando con una tasa real negativa, de -0.63% (Gráfica 3).
Lo anterior, ha acrecentado el interés de los inversionistas por papeles del gobierno mexicano; tan sólo del 31 de diciembre de 2021 al 18 de mayo de 2022, la tenencia de CETES por inversionistas extranjeros sumó poco más de 13,700 MDP, significando un incremento de 12.05% (Gráfica 4).
Otro punto que respalda la apreciación del peso mexicano es el comportamiento reciente de las exportaciones totales (la principal entrada de dólares estadounidenses al país), las cuales se han visto beneficiadas por el incremento del precio del petróleo. Yendo de lleno a los números, éstas crecieron 53.08% en el primer cuarto de 2022, siendo su mayor expansión para un periodo similar en la última década (Gráfica 5).
La tendencia creciente de las remesas es un tercer factor que ha favorecido a la moneda mexicana. En los primeros tres meses del año se captaron US$ 12.5B por este concepto, que, en términos relativos, se trató de un avance anualizado de 17.95%, comparado con el 12.96% registrado en el mismo periodo de 2021 (Gráfica 6).
En conclusión, la apreciación de nuestra moneda está mayormente influenciada por factores externos que internos.
Ahora bien, la pregunta es: ¿por cuánto tiempo más tendremos un «súper peso»?
Todo depende de 2 cosas: el ritmo de expansión del crecimiento económico de Estados Unidos de América y el manejo de la política monetaria internacional, principalmente de la FED.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la Unión Americana representó el 82.36% de las exportaciones totales de 2021, asimismo, según cifras del Banco de México (Banxico) fue el destinatario del 94.12% de las remesas totales de ese mismo año, hechos que están relacionados con la fuerte recuperación económica que experimentó tras la crisis del COVID-19. Las perspectivas actuales no son del todo alentadoras en cuanto al porvenir económico se refiere, y Estados Unidos de América no es la excepción, apenas hace un mes el Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó su previsión de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para dicho país, desde 4% a 3.7% para 2022 y de 2.6% a 2.3% para 2023, aunado a que, un escenario recesivo dentro de los próximos 12 meses sigue presente en la mente de muchos especialistas. Al mismo tiempo que, las apreciaciones cambiarias, por naturaleza, encarecen las exportaciones.
Y, en lo que concierne a la política monetaria de la FED, en los últimos días, sus hacedores coinciden en llevar con mucha prudencia y cautela el incremento de tasas. Pese a ello, no descartemos futuros episodios de aversión al riesgo y volatilidad extrema en los mercados de capitales y cambiario ante la aparición de nuevas externalidades que presionen aún más los niveles generales de precios.
Por lo pronto, en la última encuesta de Expectativas de Citibanamex, el consenso estima que el tipo de cambio cierre el año ligeramente por debajo de MXN$ 21.15 por dólar estadounidense, muy por encima de los niveles actuales, cercanos a MXN$ 19.50, mientras que para finales de 2023 se ubicaría en MXN$ 21.60. El tiempo lo dirá.