A estas alturas de noviembre es muy probable que el aguinaldo de muchos trabajadores esté agotado en su totalidad o bien, en unas cuantas horas lo sea, cuestión que seguramente no es su caso, estimado lector, pero si lo es, está leyendo el artículo correcto, ¡comencemos!
En 2019, la mayoría de los mexicanos destinó su aguinaldo a la compra de regalos y las festividades decembrinas, tales como las cenas de fin de año (Navidad y Año Nuevo), mientras que el 15% hacia otros gastos (Gráfica 1).
En 2019, la mayoría de los mexicanos destinó su aguinaldo a la compra de regalos y las festividades decembrinas, tales como las cenas de fin de año (Navidad y Año Nuevo), mientras que el 15% hacia otros gastos (Gráfica 1).
Estos datos nos permiten ver que el 100% del famoso bono de fin de año suele emplearse en ocio y diversión, por encima de otros rubros. En ese sentido, es importante recordar que, como en la inversión, en el consumo también hay que diversificar.
El primer paso para sacarle el máximo provecho a su aguinaldo es tener disciplina, ¿cómo la obtendremos? Mediante la presupuestación de éste (Gráfica 2).
El primer paso para sacarle el máximo provecho a su aguinaldo es tener disciplina, ¿cómo la obtendremos? Mediante la presupuestación de éste (Gráfica 2).
Destine al menos un 20% a la inversión, ¿por qué no al ahorro? Recuerde que un peso vale más hoy que mañana; basta con observar el complejo escenario inflacionario en el que estamos lidiando.
Si se tienen deudas, ¿no cree usted que sea una buena idea aprovechar una parte del aguinaldo para ponerse al día? Si me lo pregunta, sí, lo es. Un 50% podría ser dirigido a este importante cometido.
Una vez previsto el futuro (inversión) y habiendo cumplido las obligaciones y el financiamiento (deuda), se puede desaflojar un poco la corbata (sabe a qué me refiero), no significando que se gaste por el simple hecho de hacerlo, todo lo contrario, siempre buscando un beneficio de ello, ¿cómo? Priorizando los gastos; comparando cuando menos 3 cotizaciones diferentes de un producto y haciendo uso del crédito de manera responsable (no lo utilice en algo que le durará menos que el mismo crédito).
Al final, usted, tiene la última palabra, pero le dejo la siguiente frase como reflexión sobre la mesa:
«Lo único que es un activo o un pasivo es usted mismo, porque en última instancia es usted quien puede hacer que el dinero sea un activo o un pasivo.»