No hay ninguna ley o reglamento que le impida a una persona prestar su tarjeta o cualquier línea de crédito a un amigo o familiar, se puede hacer y de hecho mucha gente lo realiza todos los días, solo debes saber que esta práctica podría traerte problemas con el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
No olvidemos que en este 2022, el SAT aumentó más su vigilancia en los ingresos y gastos de las personas para saber si hay dinero que no le haya informado a la autoridad fiscal y sobre los cuales debería pagar impuestos.
El problema de prestar la tarjeta de crédito es que la autoridad podría interpretarlo como una discrepancia fiscal, es decir, al prestar la tarjeta se están comprando con ella más mercancías o servicios y hacienda puede interpretar esto como que el titular obtiene más ingresos de los que declara, o sea que los oculta y lo que puede ocurrir es que le aplique una auditoria sobre sus gastos e ingresos y con ello puede hacerse acreedor a sanciones.
Si al hacer una auditoria resulta que el monto de lo gastado es mayor a los ingresos declarados, las sanciones que resulten serán iguales al ISR del monto que no se informó, es decir, lo que hará el SAT es elevarle al contribuyente la tarifa sobre la cual paga impuestos.
En ese sentido prestar la tarjeta de crédito es el equivalente a prestar tu nombre y hay que tener mucho cuidado con eso porque las consecuencias son únicamente para el titular, por ejemplo, si se presta la tarjeta y quedan mal con los pagos, quien la prestó tendrá un mal historial crediticio en el Buró de Crédito además que la cobranza y sus consecuencias serán para quien hizo el favor.